Aroma a gominolas o rosas para formar a pequeños catadores de manzana y mosto

Los alumnos del colegio rural agrupado La Marina y del San Rafael se convirtieron ayer en pequeños catadores de la mano del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), en el marco de la programación del 'Apple day'. Aprendieron, por ejemplo, a distinguir olores que habitualmente están integrados en la sidra, y comprobaron cómo el sabor de una manzana cambia totalmente dependiendo de su variedad y maduración.

La prueba comenzó con una cata sensorial, precedida de un pequeño entrenamiento de los sentidos. Cada uno debía oler cinco frascos distintos y elegir entre las opciones que se les daba cuál se acercaba más. El aroma podía recordarles a una gominola, a las rosas o a la mantequilla. Alguno se llevó un pequeño susto al ver la opción de olor a cucho. «¿En la sidra hay cucho?», preguntó uno preocupado.

A continuación degustaron varios tipos de manzana y de mosto. Los resultados fueron claros, los pequeños prefirieron las bebidas más dulces, mientras que en el caso de la fruta las opiniones fueron más dispares. Solo hubo un consenso, no les gustó la manzana amarga (variedad coloradona). «No mola», aseguraban tras dar el primer mordisco. Eso sí, «la actividad está muy guapa».

Paralelamente tuvo lugar una jornada formativa en el Ateneo Obrero. El investigador Enrique Dapena presentó los resultados que se están llevando a cabo en materia de mejora del cultivo y selección de variedades de manzana. Por su parte, Daniel Ruiz, gerente del Consejo Regulador Sidra de Asturias presentó el proyecto 'Recorchu', con el que apuestan por la sostenibilidad en el sector fomentando el reciclaje de los corchos. El cierre corrió de la mano de Luis Benito García, director de la Cátedra de la Sidra de Asturias, quien recordó algunas tradiciones populares sidreras asturianas en otoño e invierno.

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