Cuatro jabalíes sin destino

Desde entonces poco se ha sabido de ellos más que se han planteado numerosos destinos, todos fuera de Asturias. El rechazo del Principado a trasladarlos a terrenos vigilados por el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) abrió la posibilidad de buscarles 'residencia' en santuarios, fincas o protectoras de otras comunidades autónomas.

El Ayuntamiento de Castrillón tenía autorización de la Consejería de Agroganadería para la captura, pero no para ninguna otra acción. Cuando Anadel guió a los cuatro jabatos (a la madre la mataron y al quinto ejemplar se le perdió la pista) hasta una finca en el concejo, a la que acuden para darles de comer y tenerlos atendidos. Desde la Concejalía de Obras y Medio Ambiente dejaban el asunto en manos de la protectora y del Principado, titular de las competencias.

Anadel intentó trasladar a los animales a Barcelona, pero la Generalitat rechazó su entrada, posteriormente se buscaron otros emplazamientos y ahora parece que la opción que cobra peso es la de su traslado a Almería, pero no podrá ser inmediata. Las personas que están interesadas en acoger a los suidos están realizando los trámites que les acrediten para ello, por eso se plantea la posibilidad de que estos jabatos sean llevados primero a Lugo.

En la provincia gallega hay una entidad registrada interesada en hacerse cargo de ellos para lo que Anadel habría iniciado los trámites ya. «Tenían mucha prisa por capturarlos, pero ahora ralentizan su traslado a un lugar seguro», dice Elena López, representante de la protectora, que hace unos días presentaba por registro un escrito en el que reclama la visita de los veterinarios del Principado para que realicen las pruebas oficiales a los jabalíes y así certificar su buen estado de salud, prioritario para que se conceda la autorización para sacarlos de Asturias, especialmente centrando la atención en la peste porcina. «Saben que tenemos esta alternativa, pero todos los papeleos tardan mucho», lamenta López, que tiene los permisos de depósito legal provisional.

Estos tiras y aflojas y la multitud de destinos planteados han mantenido en un segundo plano a los jabalíes, que antes eran fotografiados cada día por los vecinos de Salinas, que incluso se acercaban a ellos para darles de comer o jugar con sus mascotas al entender que estaban «domesticados». Se inició una campaña para evitar su sacrificio, que también ha quedado olvidada una vez que se conoció que eran capturados y estaban con Anadel.

Los cuatro jabatos seguirán por el momento en la finca de Castrillón, sin destino ni inminentes viajes programados.