Alertan de problemas por el aumento de coches y del mal estado del acceso a los Lagos

Las quejas por la situación de la carretera que sube a los Lagos de Covadonga se repiten desde hace años, pero «no se adopta ninguna medida para mejorar la gestión» y «el tráfico sigue aumentando y causando graves dificultades en la circulación». La denuncia parte de un grupo de conductores profesionales de taxis y autobuses que, dado el malestar, remitieron un escrito al Parque Nacional de los Picos de Europa. Con fecha de entrada del 24 de octubre, ese documento que detalla uno a uno los problemas de la CO-4 fue elevado esta semana al patronato del espacio protegido.

Son siete los puntos conflictivos que detectan los conductores. El primero de ellos es el «tráfico de vehículos particulares». Durante el periodo del plan de transporte, los coches privados aprovechan las horas sin regulación para subir a los Lagos, antes de las ocho de la mañana. Esto conlleva, advierten, «un posterior goteo de vehículos bajando en pequeños grupos, especialmente entre las 10.30 y las 13 horas». Esa franja, continúan, es la de «máxima afluencia de viajeros» en transporte público, coincidencia que provoca «innumerables situaciones de peligro, accidentes y un gran entorpecimiento de la circulación a los vehículos lanzadera».

El segundo problema que detectan son los ciclistas. En la subida, los puntos críticos los sitúan en La Huesera, La Dua y Uberdón «hasta el kilómetro 10, donde se alcanza el máximo desnivel». Dada la fuerte y constante pendiente, «hay tramos en que los ciclistas hacen la subida en zigzag, ocupando toda la calzada». Cuando bajan, los «sustos» están vinculados a que descienden «a gran velocidad y al encontrarlos en una curva cerrada» los vehículos se deben detener «bruscamente».

Aprecian como tercera cuestión un incremento de las «empresas de turismo activo» que suben a los Lagos con sus propias flotas. A su entender es un «problema de seguridad» porque los conductores de «vehículos de empresas ajenas a la lanzadera no reciben ninguna formación» sobre la «peculiaridad» de la CO-4. Los vinculados al plan de transporte, precisan, sí lo hacen y conocen por tanto «sus 168 curvas, nombres de tramos, apartaderos de paso, zonas de espera para cruzarse, puntos donde hay que abrirse para girar mejor...», enumeran. «No entendemos razonable que esté sucediendo esto cuando el plan de transporte se creó precisamente para evitar la saturación y el atasco», apuntan en el escrito.

En la misma línea está el cuarto problema: las autorizaciones a vehículos particulares, que también ven en aumento. Distinguen en ese sentido la circulación de ganaderos, que sí evitan las horas de mayor afluencia. Su petición es que se determine el número de vehículos privados autorizados y «desde qué entidad se están gestionando». La quinta denuncia está relacionada con el estado de la propia infraestructura, con cunetas «reventadas» y «vegetación que está prácticamente comiendo la carretera». Sobre la vegetación precisan que «desde la segunda curva después de la barrera hasta el inicio de La Huesera, en la Trompa del Elefante o en la entrada a Fana y Gumartini, podemos ver claramente cómo está invadiendo excesivamente la vía». Reclaman por ello una limpieza anual y censuran que «la última se realizó en 2018, con motivo de la visita de la Familia Real».

El tramo con más deficiencias es no obstante el del lago Enol al Ercina, pues presenta un «estado lamentable y peligroso». «Lleva parcheándose desde 1997», apuntan.

La barrera de la rotonda de acceso es el sexto de los aspectos a mejorar, ya que «lleva fallando desde el primer día». El problema, puntualizan, está en las jornadas sin personal y los más afectados son los servicios de taxi por operar también en esas fechas.

Por último, los conductores profesionales dicen no entender el motivo por el cual se les impide a los taxis «hacer parada puntual, de menos de dos minutos, para dejar clientes en el Arboreto o en el cruce del lago Enol». A su malestar se suma que ven «cada día infracciones» de «empresas ajenas a la lanzadera», así cómo «vehículos estacionando fuera de los lugares habilitados».

Su conclusión es que «cada año hay más tráfico ajeno al plan de transporte y peor regulado», lo que supone un «peligro». Las soluciones que proponen pasan por tanto por revisar los horarios de subida de particulares, «con posible limitación o control del horario de bajada»; regular el acceso de ciclistas en verano, controlar la actividad de empresas ajenas al plan y los vehículos autorizados, limpiar y mantener la carretera, gestionar «de forma adecuada» la barrera y permitir a los taxistas paradas en más puntos.

El escrito está respaldado por la rúbrica de 56 conductores, tanto profesionales de autobús como de taxi.

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