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Los cinco miembros de la patrulla del Seprona que recuperaron a las dos hermanas.

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Los cinco miembros de la patrulla del Seprona que recuperaron a las dos hermanas. E. C.

'Paca' y 'Tola', dos osas de cinco meses encontradas en un monasterio en ruinas de Tineo en 1989

Se convirtieron en «un icono de la recuperación de la naturaleza»

M. MENÉNDEZ

GIJÓN.

Viernes, 19 de enero 2018, 04:25

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En junio de 1989, un cazador encontraba a dos pequeñas osas en un monasterio en ruinas de Tineo. Al parecer, un par de días antes otro cazador había matado a su madre y abandonado a las dos crías a su suerte en el edificio en ruinas. En esta ocasión, se avisó al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Y ahí comenzó un largo periplo para 'Paca' y 'Tola'.

Pasaron primero por un recinto que el Fapas tenía en Llanes, más tarde fueron trasladadas a Vic (Barcelona) y después, al Parque Cinegético Nacional de El Hosquillo (Cuenca). No fue hasta el 26 de mayo de 1996 cuando las hermanas gemelas regresaron a Asturias, a un recinto en la ladera de una montaña de Santo Adriano y al amparo de la Fundación Oso Asturias.

Un desprendimiento del terreno en 2004 hizo necesario un nuevo viaje para las dos osas. En esta ocasión fue al parque de Cabárceno (Cantabria), mientras se reparaba el cercado deteriorado. Tras cinco meses, 'Paca' y 'Tola' regresaron al recinto del que ya no se volverían a marchar.

Sus nombres no fueron elegidos al azar. Tienen que ver con el cazador que las encontró ('Tola') y con uno de los primeros miembros del Fapas que se hicieron cargo de ellas ('Paca'). Son gemelas, pero diferentes. 'Paca' tiene el pelo marrón claro, sobre todo en la cabeza, llega a pesar 135 kilos y se trata de la hermana dominante, a pesar de su carácter tranquilo. 'Tola' destacaba por su pelaje marrón oscuro, con una especie de antifaz en la cara. Llegó a pesar 178 kilos y siempre fue mucho más nerviosa y desconfiada que su hermana. Ahora, 'Paca' solo tiene como vecina a la pequeña 'Molina', pero en un recinto diferente.

Pero si por algo estuvo casi toda Asturias pendiente de 'Tola' fue por el intento de que se quedara preñada de 'Furaco', un macho que había sido traído del parque de Cabárceno (Cantabria) para iniciar un programa de cría en cautividad. Desde un principio se vio que 'Paca' no estaba por la labor. Durante tres años sí se pudieron observar algunas montas, pero los inviernos pasaban sin que 'Tola' tuviera descendencia. Al cuarto año, en 2013, sí apareció un osezno de solo 300 gramos, pero muerto. En principio se pensó que había sido aplastado por su propia madre pero fue gracias a la necropsia que se descartó esa posibilidad, ya que se detectaron malformaciones cerebrales en la cría, posiblemente debido a la avanzada edad de la osa. Ese hecho pareció definitivo para dar por concluido el programa de reproducción, añadido a que los acercamientos entre 'Furaco' y 'Tola' habían disminuido.

La conclusión de los expertos fue prácticamente unánime: el plan de reproducción de las dos osas había llegado demasiado tarde. A pesar de eso, no fue hasta junio del año pasado cuando 'Furaco', que había acreditado 18 hijos en Cantabria, fue devuelto de nuevo a Cabárceno, después de nueve años de estancia en Santo Adriano. Además, a 'Tola' los encuentros con el macho no le salieron gratis, ya que sufrió la rotura de algunos huesos debido al gran peso del macho.

A pesar de que en los últimos meses el recinto pequeño solo albergaba a 'Paca' y 'Tola', y el grande, el ubicado en la ladera de la montaña, a 'Molina', continuaban siendo el principal atractivo de los Valles del Trubia, que desde hace tiempo ya son conocidos como los valles del oso. Y no solo por estos ejemplares, sino también porque en todo el entorno ha aumentado la presencia de plantígrados. Y en ello tienen mucho que ver 'Paca' y 'Tola', y que Asturias esté reconocida en toda España como un verdadero Paraíso Natural.

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