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Asistentes a la fiesta que tuvo lugar en el chiringuito de Caravia que los agentes de la Guardia Civil clausuraron. E. C.

El Principado pide «muchos más» controles y agentes de policía para frenar los botellones

«Estamos en una situación de riesgo muy importante, esos comportamientos no son dignos con Asturias», dice el presidente Barbón

RAMÓN MUÑIZ / CRISTINA DEL RIO / LUCÍA RAMOS

GIJÓN / CASTRILLÓN.

Martes, 10 de agosto 2021, 01:02

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El parte del fin de semana resulta elocuente. En Ribadesella, guardias civiles y policías locales tuvieron que dispersar a 1.500 personas que bebían por las calles, cerraron varios locales que incumplían la orden de bajar la persiana a la una de la mañana e intervinieron en un camping donde 70 jóvenes hacían botellón. En Llanes las patrullas fueron recibidas con un botellazo en el puente y lanzamiento de objetos en pase del San Pedro. En San Antolín se reprimió un botellón de 40 personas y en Caravia se trató de disuadir al medio millar de personas que bebían en La Espasa y los 200 que disfrutaban en otro camping.

El informe suma y sigue episodios parecidos. Con menor intensidad los agentes también tuvieron que efectuar intervenciones en la noche del domingo. A las 2.30 dos policías locales y dos guardias civiles dispersaron a unas 50 personas que seguían tomándala en Porrúa, a las puertas de un bar ya cerrado. Los había vestidos de porruano y aldeana, como es propio de la fiesta de San Justo y San Pastor.

Son las consecuencias del fin de semana sin descenso del Sella, sin el Xiringüelu, con la oleada de veraneantes de agosto ya instalados, con el interior de los pubs y bares de copas restringidos y la orden de echar el cierre a toda la hostelería a la una de la noche. Guardia Civil y Policía Nacional se temían que parte de la ciudadanía buscara la diversión por sus medios, sin cumplir las restricciones sanitarias, y se coordinaron con las policías locales para estar al quite. Una veintena de agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) de la Comandancia de Gijón fue desplazada a los núcleos con mayor afluencia.

El resultado, sin embargo, está lejos de satisfacer al Principado. «Hemos trasladado la preocupación tanto a que los ayuntamientos, tienen que reforzar con sus policías locales, y también hemos trasladado la preocupación a la Delegación del Gobierno», reconoció el presidente Adrián Barbón. «Cuerpos y fuerzas del Estado tienen que estar mucho más vigilantes», instó.

Porque el virus no ha desaparecido, según recordó: «Estamos aún en una situación de riesgo, muy importante, aunque tenemos los mejores datos epidemiológicos de las diecisiete comunidades autónomas, no es suficiente, seguimos con una incidencia alta y tenemos que rebajarla si queremos proteger la salud pública».

12.500 casos en julio

El presidente del Principado hizo una reflexión «más general». En el mes de julio se detectaron 12.500 nuevos positivos, hubo 510 nuevos ingresos hospitalarios por covid, 59 en la UCI a causa del covid y 22 fallecidos.

«Sin criminalizar a la juventud, porque la inmensa mayoría lo está haciendo muy bien, quienes están participando en estos macrobotellones y, además, con actitudes muy poco cívicas, como hemos visto su reacción ante la intervención de los cuerpos y fuerzas de seguridad, hay que decirles abiertamente que ese no es un comportamiento digno con Asturias», señaló Adrián Barbón.

El jefe del Ejecutivo autonómico, eso sí, recalcó que en cuestiones de seguridad pública sus competencias son casi nulas. El Principado puede regular los establecimientos de ocio como lo está haciendo, pero carece de mando sobre los agentes.

«Entiendo que es confusión que se da mucho entre la ciudadanía», reconoció Barbón. «Da la sensación que el presidente del Principado tiene a su disposición a la Guardia Civil, la Policía Nacional y las Policías Locales. El Gobierno de Asturias es, de las tres administraciones, la única que no tiene efectivos a su disposición. Lo único que tengo son los policías que están a la puerta de Presidencia, y punto», indicó.

Perjuicio a los negocios

En Ciudadanos consideran en cambio que el Ejecutivo regional puede hacer más de lo que hace. «No solo debería restringir, también debería hacer acciones de concienciación y prevención», indicó la portavoz parlamentaria, Susana Fernández. En lo que sí coincidió es en la necesidad de poner «más controles» para evitar los botellones y que así «otras actividades no se vean afectadas».

El domingo, Barbón había dicho que no se ponía fecha para reabrir el ocio nocturno, tema con el que Ciudadanos evitó la confrontación: «Entendemos que se tienen que tomar medidas para preservar la salud de los asturianos eso sí, entendemos que las mismas deberían ir acompañadas siempre que hay limitaciones en actividades económicas o empresariales como es el caso del ocio nocturno, con compensaciones económicas acordes a las pérdidas que están sufriendo».

«Tienen herramientas de sobra para impedir los botellones», terció por su parte Adrián Pumares, secretario general de Foro Asturias. «El presidente Adrián Barbón dice que no tiene prisa por abrir el ocio nocturno y sí que debemos tenerla, es un sector tremendamente afectado», recriminó el diputado regional. «Hay que marcar al menos unos niveles que permitan abrir y trabajar», solicitó el diputado.

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