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Rosa Menéndez, presidenta del Centro Superior de Investigaciones Científicas. ALEX PIÑA

«Quiero y pretendo que en esta región haya una innovación real»

Rosa Menéndez López, presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Medalla de Plata ·

«Mi sueño de oro es conseguir una ley propia para que el Consejo pueda desarrollar al cien por cien todas sus capacidades»

SUSANA D. TEJEDOR

GIJÓN.

Viernes, 16 de agosto 2019, 02:44

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La flamante Medalla de Plata del Principado es una mujer afable, de voz cercana y sonrisa encantadora que habla con entusiasmo de su trabajo. Aún no hace dos años que Rosa Menéndez (Cudillero, 1956) preside el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Desde su creación en 1937, es la primera mujer al frente del organismo, pero asegura que hay muchas científicas y cree que es cuestión de tiempo que vayan alcanzando puestos directivos. De hecho, ella trabaja rodeada de mujeres.

-En primer lugar, enhorabuena. Supongo que en el CSIC estarán muy contentos. ¿Qué pasó por su mente al recibir la noticia?

-Entre mis compañeros de Madrid hay una pequeña revolución. Y la primera sensación que yo experimenté fue de agradecimiento. Que se acuerden de ti, como persona, de tu trayectoria profesional, del trabajo que has ido realizando a lo largo de tu vida... Eso es un orgullo enorme. Pero también pensé en que esta Medalla es un reconocimiento a la Ciencia, a Asturias y a España en general y, sobre todo, a la institución, al Consejo.

-Se destaca en el acta «su ejemplar trayectoria y el elevado nivel que ha alcanzado en todas las facetas vinculadas a su profesión de química».

-Me quedé un poco parada porque nunca me planteo que me premien por mi trabajo, simplemente hago lo que considero que tengo que hacer sin esperar aplausos ni premios. Así que la sorpresa fue enorme, pero muy satisfactoria.

-Desde noviembre de 2017 preside el CSIC. Es la segunda vez que ocupa un puesto directivo, ya que fue vicepresidenta de Investigación Científica y Técnica en el período 2007-2008. Ya está curtida.

-La experiencia a nivel científico, del laboratorio, es esencial. Y haber pasado por distintos puestos de gestión tanto a nivel nacional como europeo es muy importante porque te da una visión de conjunto.

-Gracias a su empeño, el CSIC abrió este año su primera delegación en Oviedo.

-Se pueden hacer muchas cosas y yo aspiro a que se lleguen a hacer unas cuantas. El nuevo Centro de Investigación en Biodiversidad, con sede en el edificio de investigación del campus de Mieres, será una realidad antes de fin de año. La sede de la delegación era un sueño por el que llevaba luchando varios años. Gracias al apoyo de la Cámara de Comercio de Oviedo, que nos cedió espacio en su sede, en un plazo de tiempo récord se convirtió en una realidad. Está desarrollando una actividad importante en innovación. Y también estamos construyendo un edificio nuevo para el Instituto de Productos Lácteos de Asturias.

Rendimiento

-¿Cuáles son sus prioridades profesionales en estos momentos?

-Creo que es fundamental servir de nexo con la empresa. Que todos los logros científicos y en investigación den un rendimiento al sector empresarial. Quiero y pretendo que haya una innovación real en Asturias. Lucharé por ello.

-El acta del jurado que le ha concedido la Medalla dice que ha sido merecedora de tal honor, entre otras cosas, «por ser la primera mujer que lidera el mayor ente de investigación de España». Hablemos de mujeres. De mujeres científicas.

-En el mundo de la ciencia, afortunadamente ya no hay tantas diferencias. Sí a nivel de cargos directivos, aunque se va mejorando. En todo caso, en los cargos directivos que dependen directamente de mí, de la presidencia, hay mayoría femenina. En el CSIC el cincuenta por ciento somos mujeres, incluyendo puestos administrativos y de apoyo; y las científicas andan en torno al 44%. Hay que empezar a hablar de capacidades de las personas más que de cuotas.

-Pero hay una jornada dedicada específicamente a las mujeres y niñas en la Ciencia. Por algo será.

-No debería ser un día único sino todos los días del año. El principal problema empieza ya en Primaria. Sus maestros son mujeres, por lo que ya se empieza a dirigir su inclinación a esta profesión. Además, es muy importante que las niñas pierdan el miedo al fracaso. La educación ha de ser igual para hombres y mujeres, y debe inculcarse la igualdad de capacidades. En algunas de estas jornadas alguna de las niñas participantes me han llegado a preguntar si yo nunca me había equivocado.

-Aproveche para reivindicar.

-Puf. Voy a hacer una carta a los Reyes Magos: en primer lugar, pido una mayor inversión en ciencia, que podamos aproximarnos más a los valores europeos; es fundamental. En segundo lugar, hay que buscar mecanismos para la transferencia de tecnología e innovación. Sigo: mantener la oferta pública de empleo que hay en la actualidad, de una forma sostenida. Y que de aquí a finales de año bajemos el techo de cristal en dos décimas. Y, además, que tengamos mayor flexibilidad en la gestión.

-¿Y un sueño casi inalcanzable?

-Sí. Mi sueño de oro es un marco jurídico adecuado para que el Consejo pueda desarrollar al cien por cien todas sus capacidades y, ya puestos a pedir, si consiguiéramos una ley propia...

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