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La alcaldesa, Mariví Monteserín, en su despacho del Ayuntamiento. FOTOS: MARIETA
«Avilés gana mucho con el apagado de las baterías, en calidad ambiental y en futuro»

«Avilés gana mucho con el apagado de las baterías, en calidad ambiental y en futuro»

Mariví Monteserín | Alcaldesa de Avilés ·

«Ese espacio se abre a un tipo de industria diferente y hay mucho interés por parte de la Cámara de Comercio y del sector empresarial»

RUTH ARIAS

AVILÉS.

Domingo, 29 de septiembre 2019, 01:30

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Avilés vive días históricos y convulsos. Se apagan las baterías de cok después de más de seis décadas de actividad a la par que ArcelorMittal anuncia paros en la mayor parte de sus plantas, un nuevo propietario acaba de tomar el control de la antigua Alcoa y, después de más de una década, se pone en marcha el plan del casco histórico con el objetivo de culminar la regeneración del centro y descubrir parte de la muralla medieval, a la vez que está a punto de iniciarse la peatonalización del entorno del parque de El Muelle, que se financiará en parte con el remanente. La alcaldesa, Mariví Monteserín (Boal, 1959), mira al futuro con optimismo, pero con la vista también puesta en las próximas elecciones generales del 10 de noviembre.

-Acaba de alcanzar un acuerdo sobre las inversiones financieramente sostenibles, el primero del mandato. ¿Satisfecha?

-Sí, pero muy consciente de que es mucho más fácil ponerse de acuerdo en los gastos que en los ingresos. Se ve que hay una disposición a analizar los temas de la ciudad, pero donde se mide de verdad la capacidad de llegar a acuerdos es en los ingresos. Así que en octubre, que hablaremos de tasas e impuestos, será el momento.

-¿Teme que le acusen de pactar solo con la derecha?

-No, no. Yo creo que en el ámbito local los pactos tienen que ver menos con el espacio ideológico y más con las necesidades de la ciudad y la forma que tienen los grupos políticos de hacer análisis. Ese es el espacio de acuerdo, lo ideológico se queda más para el Congreso o la Junta General.

-No hubo acuerdos con Podemos en todo el mandato pasado, como tampoco los hay a nivel estatal, y eso nos ha llevado a otras elecciones. ¿Ve peligrar los proyectos de Avilés que dependen del Gobierno central?

-Claro. Ese es el problema de nuestro país en los últimos cinco años. Estamos continuamente parando y arrancando, y las paradas son largas y eso retrasa todo y hace más complejas las cosas que dependen de dos o tres administraciones, así que necesitamos urgentemente un gobierno. Sobre todo Avilés, por encima de otras ciudades, porque de eso depende el estatuto de las empresas electrointensivas, dos grandes infraestructuras y un proyecto de futuro: la Ronda Norte, el soterramiento y la Isla de la Innovación, y todo lo que tiene que ver con Sepides y los suelos de baterías. Dependemos de que haya personas en el Gobierno central que se entusiasmen con estos proyectos, quieran trabajar, y estemos de acuerdo en los objetivos. Ahora mismo hay muy buena voluntad y hay una sintonía total con el Ministerio de Fomento y el de Transición Ecológica.

-¿En qué punto están esas negociaciones con Sepides?

-Avanzando. Hay un acuerdo con Arcelor, que es importantísimo, para la desinstalación de las baterías, y un estudio de cómo hacer la descontaminación de los suelos y cómo poner algunas instalaciones al servicio de la industria, y hay un primer acuerdo con Química del Nalón para su centro de I+D+i, pero quedan casi 400.000 metros y muchas oportunidades, y en eso es en lo que hay que trabajar conjuntamente.

-Estamos en los últimos días de las baterías. ¿Avilés gana o pierde?

-Yo creo que gana y que gana mucho. En términos medioambientales muchísimo. Gana en tranquilidad de que no pase nada ahí y, sobre todo, gana en futuro. Ese espacio se abre a un tipo de empresa diferente y a un tipo de industria que tiene que conectar con el futuro. Se pierden unos efectivos laborales, pero creo que a futuro ganamos. Hay que exprimir al máximo todas las posibilidades e ir todos a una, porque se nos abre un futuro muy esperanzador.

-¿Qué le trasmiten los empresarios? ¿Habrá demanda?

-Hay mucho interés por parte de la Cámara de Comercio y en el sector empresarial. Trabajamos con un pacto estratégico con los empresarios y los sindicatos, y todos tenemos presente que es un eje vertebrador.

-¿Cómo se imagina ese espacio en un plazo de veinte años?

-Me imagino un espacio con una economía muy nueva, muy moderna, tecnológica, robotizada, con 3D, con mucho conocimiento e I+D, y acoplando el conocimiento a la nueva realidad industrial. Y en medio de todo eso una nueva formación para los jóvenes y para los empleados. Los trabajadores van a tener que estar siempre en formación, seguramente, y van a necesitar conocimientos y otras habilidades, y espero que en ese marco se pueda hacer todo eso. Por eso incorporamos al programa electoral ese centro de formación que visualizamos en las naves de Balsera y que tiene que contribuir a un conocimiento postuniversitario conectado con la empresa.

-Miramos ahora a otra gran industria. ¿Qué noticias tiene de la antigua Alcoa?

-Tengo la impresión de que los nuevos socios están instalándose, y eso lleva siempre un tiempo. Yo lo que quiero es que vengan, que conozcan la ciudad y el entorno, el parque científico, el instituto de materiales, todo aquello que ellos puedan incorporar, y el puerto. Estamos en contacto y a lo largo del mes de octubre puede que se produzca esa visita. Ahí tendremos más información, pero espero que sea una historia de éxito y que hayan venido aquí para un plazo más largo de dos años.

-Estamos en una época convulsa para la industria, con Arcelor anunciando recortes, los sindicatos alertando sobre Saint-Gobain...

-Aquí hay muchas multinacionales, y dependemos de coyunturas internacionales, y eso es complicado, pero a la vez creo que tenemos empresas muy sólidas y difíciles de deslocalizar, y todas tienen un largo futuro por delante, con dificultades y con la necesidad imperiosa de tener el estatuto de las electrointensivas. Todas saben que estar aquí es estratégico. Y los sindicatos saben que se tienen que implicar y lo están haciendo. Hay que tener muy en cuenta las dificultades de nuestras multinacionales para competir con los productos de países que no aplican las condiciones ambientales y de personal que tenemos aquí. Por eso es tan importante que Europa tome las riendas de su industria y establezca una política industrial que de respuesta a nuestras mayores preocupaciones.

-No son solo los trabajadores de la industria los que están preocupados. También lo están los comerciantes. Piden atención.

-Es que se nos avecina una crisis que va a ser complicada y que tiene que ver precisamente con el sector comercial. Están cambiando las formas de comprar, de mirar lo que compras, y esto afecta de una manera que a a ser relevante. Hay que ver cómo eso nos va a impactar y cómo debemos armarnos, porque una ciudad sin comercio es una ciudad muerta. Hay muchos cierres y hay que abordarlo con inteligencia y con valentía. Hay que hacer un buen diagnóstico y un buen análisis de salidas, y ya estamos trabajando en ello. En este momento se encuentra en fase de elaboración, con financiación de los fondos Feder, un diagnóstico comercial que nos permitirá tener un conocimiento exhaustivo y actualizado de su situación del sector en la ciudad y definir las actuaciones a ejecutar.

-Queda por delante un mandato con muchos retos. ¿Espera que sea más fácil que el anterior, dada la composición del Pleno?

-Gobernar siempre es complicado, y más cuando necesitas de otras opciones políticas. Ahora es más amable, pero no sé si más fácil. Si nos ponemos de acuerdo en dónde están los problemas, es más fácil lograr acuerdos. Hay que darnos una oportunidad a todos, a la oposición y al gobierno, y al final del mandato ya veremos lo que hemos dado de sí. Espero que tengamos siempre el interés general en nuestro punto de mira y veamos dónde están los peligros.

-Con un alto porcentaje de concejales nuevos. ¿Cuáles son las primeras impresiones? ¿Cómo cree que serán las relaciones?

-Hay muchos concejales nuevos, las portavoces son todas nuevas, vamos a tener nuevo secretario, nuevo interventor... Hay un periodo en el que nos tenemos que adaptar, y en eso estamos. No veo grandes problemas.

-Sí parece que este va a ser el mandato para llevar a cabo todos esos grandes proyectos que se quedaron en el tintero los últimos cuatro años.

-Hay muchas cosas abiertas que inciden en los barrios, también en el centro, sobre todo la actuación en el parque del Muelle, que es fundamental porque conectará las dos partes antiguas, el que mira a la ría, que conecta con la muralla. También los patios interiores de Versalles... Hay por delante una gran inversión en obra pública, que genera actividad y empleo, y nos dará una ciudad más bonita y más cómoda.

-El pasado domingo se ensayó cómo puede ser la peatonalización de El Muelle y a la gente parece que le gustó. ¿Espera reticencias cuando sea definitiva?

-Todas estas obras siempre causan algún problema, pero la ciudadanía cada vez está más mentalizada de que las ciudades deben ser lo más cómodas, habitables y paseables posible, y ahí donde se pueda reducir el uso del automóvil, mejor. El ensayo a salido bien y es importante que eso quede así. Quejas siempre habrá, porque siempre hay resistencias a los cambios, pero a la larga la gente estará contenta, como cuando se peatonalizó el centro, algo que ahora la gente valora mucho. Y en este sentido seguiremos avanzando.

-¿Y cuándo se podrá ver la muralla, que ya hay curiosidad?

-Ya no me atrevo a dar plazos. Cuando llegué a la Alcaldía estaba muy optimista, pensaba que Santa Apolonia estaría en año y medio y llevó cuatro años, entonces no sé. A mí me gustaría que al final del mandato, y voy a trabajar para ello, pero hay que recordar que los trámites del plan del casco histórico llevaron más de una década. Es una barbaridad, así que no me atrevo a dar plazos.

-Pues le voy a preguntar por otro, el de la parte del Ayuntamiento del museo del puerto y el cañón de Avilés.

-Ese sí. Está muy avanzado y espero que en primavera esté listo.

-A pesar del retraso se han atrevido a plantear otro centro de interpretación en la rula. ¿Dará tiempo?

-Sí, sí. Eso sí da tiempo. Estos no son tan complejos como lo que lleva tramitación con Patrimonio o Medio Ambiente.

-Y otro plazo más, ¿cuándo llegarán los primeros alumnos de español?

-(Suspira). Pues ojalá estén dentro de un año. Ojalá tengamos entonces la primera hornada.

-Se han puesto en marcha las inversiones de los fondos Feder, que afectan sobre todo a Versalles y La Luz, y hay vecinos que se quejan, como los de Jardín de Cantos, de que sus barrios están olvidados. ¿Hay algo previsto para ellos?

-No están olvidados, pero ocurren problemas. La calle principal es del ministerio, aunque está previsto que nos la cedan cuando se haga la Ronda Norte, lo que iba a ser el centro social se vio afectado por la crisis y acabó en manos de Sareb... Hay cosas que se han enquistado, hay zonas privadas donde no podemos actuar... Otra zona de la que se habla menos es La Carriona, y ahí se está terminando la obra del centro de salud, y sé que habría que actuar en las calles de abajo. Los fondos europeos tenían unos condicionantes en cuanto a volumen de población que El Nodo o La Carriona no cumplían, pero hay que buscar el equilibrio, que todos los barrios tengan servicios sociales, culturales, deportivos, parques... y eso lo tenemos, sobre todo en los parques. Cada zona tendrá su momento, y sobre todo que haya mantenimiento, que es constante y que tenemos que implementar.

Lea la entrevista íntegra en la edición impresa de EL COMERCIO y LA VOZ DE AVILÉS, y en Kiosko y Más.

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