
Secciones
Servicios
Destacamos
La Feria del Queso y el Vino de Avilés cerró su cuadragésimo tercera edición con la satisfacción de los productores y hosteleros participantes, que celebraron tres días de mucha afluencia y buenas ventas. Algunos de ellos han venido en todas las ediciones, y ya han ejecutado un relevo generacional. Es el caso de Natalia Lobato, de la quesería Redes, que sucede a su madre, Marigel Álvarez. «Esta es una feria muy guapa, en la que además se respeta mucho a los queseros artesanos asturianos», destaca esta productora.
En su puesto, como en la mayoría, se servían pinchos además de vender quesos, y se notó la buena afluencia de público. «El viernes fue un día más de probar, pero el domingo ya viene la gente más a comprar piezas, igual ya han ido probando estos días y hoy se lo llevan a casa», opina David Ortiz, de Quesos Valverde y Castillo. Él también es la segunda generación de su familia que acude a esta feria avilesina. «Venimos siempre, desde el primer año, y depende de la hora y el día, pero por lo general funciona muy bien», asegura.
Probaba suerte, sin embargo, Oscar Amorín, de la quesería Doña Leonor de Alburquerque de Badajoz. Aunque lo hacían casi sobre seguro. «Ya hemos venido a Avilés más veces para el mercado medieval de San Agustín, y trabajamos mucho en Asturias», explica. El cambio de formato no fue un obstáculo para registrar buenas ventas y «se vende parecido».
Se estrenaba también Carlo ta García Blanco en su puesto de Lácteos de Moeche, de La Coruña, que se encontró con «gente muy amable y muy buen ambiente». Las ventas además funcionaron, así que «para repetir».
En los puestos de vino también había buenas sensaciones por los resultados de las tres jornadas. «Venimos por tercera vez y este año ha sido el mejor de los tres», señalaba Juan Carlos Requejo, de La Latería de la Calleja.
Aún así, apuntan algunas cuestiones para mejorar, como la conveniencia de dotar a la feria de algo de ambientación musical y, sobre todo, más facilidades para el público en lo que se refiere a la adquisición de copas, después de que el año pasado se impusiera la compra de una copa de cristal para poder disfrutar de los vinos al precio de dos euros, algo que no ha terminado de cuajar del todo y se ve más como un inconveniente que como una ventaja.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.