Natalio Grueso será trasladado de Portugal a Madrid, y allí se decidirá dónde ingresa
El exdirector gerente del Centro Niemeyer, pendiente de los trámites burocráticos para comenzar a cumplir su pena de ocho años
Natalio Grueso permanece encarcelado en Évora mientras se realizan los trámites para su traslado a España, donde deberá ingresar en prisión para cumplir ... los ocho años de cárcel que le fueron impuestos por la Audiencia Provincial y confirmados por el Tribunal Supremo por el 'caso Niemeyer'.
De momento aún no se ha comunicado con su abogado en España, Francisco Miranda, y se está a la espera de que llegue a nuestro país. Lo hará a Madrid, ya que los traslados internacionales de reos se hacen entre capitales, señala Miranda. A partir de ahí, instituciones penitenciarias deberá decidir en qué prisión cumple su pena. Lo más plausible es que sea en algún centro penitenciario de la capital, ya que es en esa provincia donde Grueso tenía fijada su última residencia, aunque también podría solicitar cumplir su pena en otro lugar, como pudiera ser Asturias.
Sea donde fuere, y al margen de que se pudiera producir algún traslado, el destino de Natalio Grueso, exdirector gerente del Centro Niemeyer, permanecerá vinculado a Instituciones Penitenciarias durante los próximos ocho años, hasta que cumpla la condena por un delito continuado de malversación de caudales públicos y falsedad en documento mercantil, y por otro delito societario, que cometió cuando se encontraba al frente del centro cultural avilesino.
En su etapa como gestor del centro falseó facturas y generó gastos en beneficio de familiares y amigos que cargó a la fundación
Los hechos
Durante esos primeros años, y en connivencia con el agente de viajes José María Vigil, también condenado, Grueso generó gastos ajenos a los fines de la Fundación Niemeyer «disponiendo de sus fondos en beneficio propio, de sus familiares, amigos y terceros de su entorno como si de su propiedad fueran, en detrimento de la Fundación Niemeyer». Se trataba fundamentalmente de viajes aéreos o terrestres y estancias hoteleras de las que disfrutaban sus familiares y allegados y eran abonados con cargo a los fondos de la fundación del centro cultural. Para ello se falseaban facturas, ocultando la verdadera identidad de los beneficiarios de los gastos, las fechas concretas, o incluso la realidad del servicio prestado. Algunas no se reflejaban en las cuentas anuales y otras lo hacían bajo conceptos ficticios.
Su último viaje, sin embargo, debió estar bastante alejado del glamour de antaño, cuando se codeaba con estrellas de la tallas de Woody Allen, Jessica Lange, Brad Pitt o Kevin Spacey. Su intención era pasar desapercibido para evitar que nadie lo reconociese y poder, así, zafarse de su condena. Lo logró durante más de año y medio, un tiempo en el que estrenó varias adaptaciones teatrales tanto en España como en la República Dominicana, e incluso publicó un libro, '¿Qué fue de Macarena Albanta?', una novela detectivesca en la que se busca el rastro de una muchacha desaparecida medio siglo atrás.
La desaparición de Grueso, sin embargo, ha sido más breve, y a partir de ahora estará controlado las veinticuatro horas del día por funcionarios de prisiones y cámaras de vigilancia sin posibilidad de nueva escapatoria.
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