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Una de las instalaciones de ocio de las piscinas municipales de Valencia de Don Juan. LEONOTICIAS
«Volveremos a la piscina cuando cambien las normas», dice la madre de Ainhoa

«Volveremos a la piscina cuando cambien las normas», dice la madre de Ainhoa

Registra una queja en el Ayuntamiento de Valencia de Don Juan por prohibir a su hija con síndrome de Rett bañarse con un 'churro', mientras el personal defiende su actuación

C. DEL RÍO

AVILÉS.

Sábado, 21 de julio 2018, 03:01

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La madre de Ainhoa García Vega, la niña avilesina de seis años con síndrome de Rett a la que el jueves se le prohibió el baño en una de las piscinas de Valencia de Don Juan con un 'churro' atado a la cintura, registró ayer una queja en el Ayuntamiento de la localidad leonesa por estos hechos y por «las formas y modales» del encargado que la atendió, quien las conminó «de malas maneras» a ir al río o a otras piscinas porque «si mi hija tiene una discapacidad igual no es el lugar donde tengo que venir», consta textualmente en la queja.

La difusión pública del incidente provocó una cascada de reacciones y un malestar generalizado entre los trabajadores de las instalaciones, a quienes la madre de Ainhoa ha reconocido su mano izquierda y su amabilidad. Precisamente, ayer un socorrista que afirmó haber presenciado el desencuentro se confesó «indignado» con la repercusión de un relato de los hechos «totalmente falso».

«No fue expulsada, solo la advertimos y no fue echada del recinto. De hecho, me consta que siguió bañándose el resto de la jornada con manguitos en los brazos», explicó. La madre de Ainhoa, que en ningún momento señaló que hubieran abandonado el recinto sino tan solo el vaso en el que la niña se bañaba con el 'churro', indicó que fue avisada, en primer lugar, por una socorrista a la que explicó el problema de su hija. La escena se repitió con un segundo socorrista, que fue quien la dirigió al responsable de las instalaciones.

«El 'churro' no es un material apto para nuestras instalaciones. No está homologado y así se lo hicimos saber a sus responsables. Le ofrecimos otras alternativas, como el uso de un chaleco, y no las tomó», afirmó. La avilesina insistió en que su hija, que estudia en un colegio de educación especial, había aprendido a nadar con el citado 'churro' y no podía hacerlo de otra forma. De hecho, en un primer momento aceptaron cambiarlo por unos 'manguitos', pero al parecer la niña no se adaptó y comenzó a mostrar su incomodidad autolesionándose las manos. «Salimos de la piscina y fuimos a la pradera. No nos fuimos porque habíamos ido con un grupo de doce niños, pero Ainhoa ya no quiso bañarse en la piscina con olas, a pesar de que siempre está un adulto con ella necesita su 'churro'», explicó.

El teniente de alcalde del Ayuntamiento, José Jiménez Martínez, trasladó sus disculpas el mismo miércoles a la madre y trató de disculpar un posible comentario fuera de lugar de uno de sus trabajadores. «Le reconozco el gesto y el detalle de haber llamado, pero no me vale que hable del estrés para justificarlo», remarcó.

Tras registrar la queja en el Ayuntamiento, Marta Vega confirmó que «volveremos cuando cambien las normas, antes no». «La inclusión no son palabras, son hechos. Dicen que tienen una silla para discapacitados en el vaso olímpico, pero resulta que solo se puede utilizar una hora antes de abrir, no cuando está el resto de usuarios», lamentó.

La Asociación Española de Síndrome de Rett hizo público un comunicado el mismo jueves criticando la situación y confiando en que no se repita. «Bastante tienen ya las familias con su lucha diaria con las enfermedades como para que encima quieran pisotear los derechos que tienen», señalaron.

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