El precio de los alquileres se dispara en Avilés con subidas de alrededor del 20% en el último año
«Encontrar un piso en cualquier zona por menos de quinientos euros es prácticamente imposible», aseguran los agentes inmobiliarios
Un simple vistazo por algunos de los principales portales inmobiliarios permite darse cuenta de que apenas hay un puñado de viviendas en alquiler en ... Avilés, y que algunas de ellas superan incluso los mil euros mensuales. Por debajo de quinientos euros solo hay una, que pertenece a la promoción del Ayuntamiento en las antiguas viviendas de maestros de La Luz. Ya lo dicen los agentes inmobiliarios: «Es prácticamente imposible encontrar un piso por debajo de los quinientos euros en Avilés, como mucho puede haber alguno en La Carriona», como asegura Juan Carlos Rubín, de la agencia Java. Los precios han subido mucho en los últimos años, tanto que los agentes avilesinos hablan de incrementos de en torno al 20% tan solo en el último año.
Rubín recuerda cómo en el centro de la ciudad «hasta hace poco podías encontrar pisos por 500 o 550 euros al mes, pero de eso ya no hay nada». Ahora por menos de 600 no hay ninguna vivienda en oferta en la zona, y la mayoría de ellas suben ya de los 700. «En La Luz ya llegan a los quinientos y en Llaranes cuestan incluso más, y andan por los 550 o 600 euros», relata.
«Los precios han subido un 20% mínimo», coincide Luis González, de la inmobiliaria La Muralla. Una subida que se da tanto en el centro como en los barrios, y que tiene mucho que ver con la escasez de oferta y el crecimiento de la demanda.
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El reducido volumen de viviendas en régimen de alquiler viene siendo una constante desde hace tiempo, pero se ha topado con un crecimiento de la demanda por el incremento de la población inmigrante, que tiende a demandar el alquiler más que la compra. «El perfil principal son trabajadores extranjeros latinoamericanos», relata González. Esos son sus principales clientes, y a menudo incluso comparten piso para ahorrar costes.
Porque ya no se trata solo de poder afrontar estas mensualidades elevadas, sino que ahora se están viviendo problemas par a poder acceder a los pisos. «La mayor parte de los alquileres ahora se hacen con un seguro de impagos, y ahí las aseguradoras ya exigen una garantía de cobro», expone este agente. y se considera que alguien puede afrontar ese gasto cuando el alquiler no supone más del 30% de sus ingresos. Eso hace que para una mensualidad de 500 euros se exijan unos ingresos superiores a 1.600 euros, lo que complica enormemente la situación a muchas personas que cobran salarios de unos 1.200 y que se ven obligadas a compartir piso.
Ocurre lo mismo con los pensionistas. Quienes perciben pensiones por debajo de esa cantidad también se están viendo en problemas para encontrar un piso de alquiler en los casos en los que, por alguna circunstancia, deben abandonar su lugar de residencia actual. «Hay un problema gordo y hay mucha demanda», señala Rubín, que alerta de este tipo de situaciones, cada vez más comunes.
El mercado se ha complicado por el interés en la ciudad como destino vacacional y residencia de personas foráneas
La escasez de vivienda se debe a que ahora hay más competencia, tanto a la hora de alquilar como a la de comprar. Al perfil habitual de parejas que adquirían un piso para vivir en él, y quizás luego compraban otro de mayor tamaño, se suman ahora otro tipo de clientes. Por una parte los inversores, que adquieren una vivienda para ponerla en el mercado del alquiler y obtener una rentabilidad. Por otra, foráneos que se trasladan a vivir aquí en busca de un clima más suave y un buen nivel de vida, sobre todo madrileños e incluso extranjeros. Y también la cada vez más frecuente adquisición de un inmueble para destinarlo a segunda residencia, que era algo que apenas existía en Avilés hasta hace un lustro.
«El concejo está cerca de las playas, y lugares habituales para segundas residencias como Luanco o Salinas se han puesto imposibles», cuenta Rubín. Eso ha hecho que Avilés, con precios más módicos, esté convirtiéndose en destino vacacional para mucha gente, lo que ha restado oferta en el mercado para los residentes habituales.
De Gijón y Oviedo
La situación no es, ni de lejos, exclusiva de Avilés. Gijón y Oviedo viven la misma circunstancia, pero con precios algo más elevados. Esto está motivando otra tendencia, y es que haya gente de estas ciudades que, ante la imposibilidad de afrontar esos precios más altos, venga a Avilés, que es una ciudad cercana y desde la que se pueden trasladar con comodidad a su lugar de trabajo. «El mercado está muy caliente», zanjan los agentes inmobiliarios.
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