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El último cok de las baterías de Avilés salió del horno pasadas las seis de la tarde, cerrando una historia de más de seis décadas de actividad.

El último humo de las baterías

Pasadas las seis de la tarde de ayer se apagó el último horno de la batería 4 y se cerró un ciclo de la siderurgia en Avilés que arrancó en 1950

YOLANDA DE LUIS

AVILÉS.

Miércoles, 2 de octubre 2019, 00:57

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Las seis de la tarde del 1 de octubre de 2019 será un momento que quedará para la historia de la siderurgia en Avilés y Asturias, lo mismo que lo hizo antes las seis de la tarde del 26 de octubre de 1956. El primero marca el momento del apagado del último horno que quedaba en funcionamiento en las baterías de cok avilesinas, el segundo señalaba el inicio de la actividad en estas instalaciones hace 63 años.

En la factoría algunos trabajadores apenas podían contener las lágrimas cuando salió el último cok del horno, y en el exterior sucedía lo mismo. Algunos vecinos y antiguos empleados de la siderúrgica acudieron a contemplar la salida de los últimos humos, en un momento trascendental para la ciudad, que marca un antes y un después en el devenir de su industria.

Las baterías de cok tenían los días contados desde hace ya años, de hecho vivían de prestado, puesto que el contrato de arrendamiento de Sepides (heredera de las instalaciones y los suelos de la antigua Ensidesa) y ArcelorMittal para el uso de las baterías estaba ya en sus años de prórroga. En 2007 habían firmado el acuerdo por diez años de vigencia con tres de prórroga, pero ya con el anuncio expreso de que no habría renovación llegado ese momento, como así ha sido.

El apagado de las baterías de cok se fue haciendo por fases a lo largo del mes de septiembre. Actualmente en Avilés estaban en funcionamiento ocho baterías con 240 hornos, treinta cada una de ellas. Las cuatro primeras que dejaron de producir cok fueron las que van de la cinco a la ocho, estas ya están paradas en frío. La semana pasada se inició el proceso con la 1 y la 2, paradas en caliente, y el lunes se hizo lo mismo con la 3 y la 4. Precisamente el último horno que se apagaba ayer a las seis de la tarde estaba todavía en activo en la 4. De ahí salió el último cok avilesino para los hornos altos de Veriña. En los próximos meses arrancarán las baterías de Gijón para dar ese servicio.

La parada definitiva de la última batería ayer supone el final de un ciclo de la siderurgia en Avilés. Comenzó en 1950 con la firma por parte del Gobierno de Franco del decreto que iba a dar carta blanca a la construcción de la Empresa Nacional Siderúrgica (Ensidesa) en Avilés. A partir de ese momento la ría y marismas de la villa se transformaron para acoger a esta gran empresa que la convirtió en la ciudad industrial que es hoy.

El 24 de septiembre de 1957 se inauguraba el horno número 1, 'Carmen', y en noviembre de 1958 se procede al encendido del número 2, bautizado como 'Joaquina'. Los otros dos arrancaron años más tarde, 'Rosario' en agosto de 1966 y 'IV Carmen' en julio de 1969. Junto a ellos Ensidesa tenía en Avilés, además de las baterías de cok, la acería Siemens-Martin, trenes de laminación en caliente, la central térmica, el taller de calderería, fundición y mecanización y el sínter número l, entre otras instalaciones. Todas ellas fueron cerrándose y desapareciendo a finales del siglo pasado para dar paso al nuevo polígono industrial construido ya en este siglo.

Última instalación original

De la Empresa Nacional Siderúrgica solo quedaban en Avilés las baterías de cok que ayer también empezaban a despedirse con su apagado definitivo. Su imagen todavía permanecerá tiempo en el paisaje de la ciudad, pero su actividad ya no volverá. En los próximos meses, hasta que el 30 de diciembre Arcelor entregue 'las llaves' de las baterías a su arrendador Sepides, se efectuarán el resto de maniobras para completar el cierre.

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