Un planetario de bambú en el Museo Evaristo Valle de Gijón
El museo de Somió inaugura este domingo 'Planet Bamboo', de Lauren Martín 'Lo', una muestra en la que delicadeza y elegancia crean un equilibrio mágico
Es absolutamente singular, delicada y mágica. Tiene hasta algo de hipnótico, de meditativo la contemplación de las esculturas que firma Laurent Martin 'Lo', un parisino ... de 1955 afincado en Cataluña que desembarca este domingo en el Museo Evaristo Valle de Gijón con unas obras que son pura elegancia y belleza ocupando el interior del palacete y también esos jardines floridos de bella naturaleza y de esculturas.
Encaja como anillo al dedo su obra en ese espacio que rinde tributo a Evaristo Valle pero siempre abierto a la contemporaneidad, a la creación en todos los ámbitos. 'Bamboo Planet' es el título de la muestra que habrá de quedarse hasta el 28 de septiembre y en la que el creador revela en ese material mucho más que eso, hasta erigirlo en una suerte de filosofía.
«Laurent Martin 'Lo' no es un escultor. Es un amante del bambú. Su viaje no comenzó con la ambición de hacer arte, sino con el descubrimiento de un material que transformaría toda su vida», ha dejado escrito Sana López-Abellán, comisaria de la exposición, que revela cómo mientras trabajaba en un proyecto de arquitectura de interiores en Barcelona, descubrió la sorprendente resistencia, flexibilidad y particularidades orgánicas del bambú. Fue una revelación y el inicio de una estrecha, sorprendente y fructífera relación. Se abrió un diálogo que sigue vivo y vibrante: «El bambú le habló a través de sus fibras, su durabilidad, su gracia», sostiene la comisaria de la muestra.
Esa comunicación no es fruto de la casualidad, sino de una investigación muy profunda y profusa, que ha llevado al escultor francés que reside en el Ampurdán a transitar el mundo para saber, para aprender, para bucear en esa «planta de la familia de las gramíneas, originaria de la India, con tallo leñoso de hasta 20 metros de altura, cuyas cañas, aunque ligeras, son muy resistentes y se emplean en la construcción y en la fabricación de muebles y otros objetos», según la definición de la RAE.
«Durante más de dos décadas, ha seguido su rastro desde Barcelona hasta las selvas tropicales de Asia, pasando por México, Brasil, Indonesia y más allá. En cada lugar, estudió con artesanos maestros, absorbiendo las sabidurías ancestrales que ven en el bambú no solo como una herramienta, sino como una entidad espiritual», cuenta la comisaria de la exposición.
Dicho lo dicho, solo queda constatar lo obvio, lo que se ve en las imágenes, que es la hermosura, la paz, la calma, el equilibrio que transmiten esas piezas que pronto llegarán a Gijón y que componen una suerte de planetario único. Mira al cielo el artista, al cosmos, para componer estas obras, que están vivas, como lo está el bambú para quien entiende que este material demuestra que el equilibrio no está en la quietud sino en el movimiento.
Hay un ritual en cada una de las obras, hay un trabajo coreográfico de búsqueda de ese balance en el que el bambú manda siempre, en el que el artista simplemente se deja guiar. «Mi proceso consiste en tomar una pieza de bambú, comenzar a dividirla, trabajarla, estudiar su fibra y, a través de este proceso, digamos, manual y sensible, entonces entiendo el bambú con el que estoy trabajando y lo conduzco, conociéndolo, hacia el equilibrio, el movimiento».
En esta ocasión el viaje conduce a ese planeta que da título a la muestra, que configura con una pieza cinética central, que gira como un telescopio en busca de constelaciones lejanas. A su alrededor, obras en órbita dibujan una galaxia de formas con las que evocar anillos, satélites e imágenes míticas. Afuera, hay un Fénix. Es un periplo al cielo en el que se dejan admirar piezas icónicas de la obra del Laurent Martin 'Lo'.
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