Petros Markaris, escritor: «La izquierda se ha adaptado al sistema y se beneficia de no querer cambiar las cosas»
Asiduo de la Semana Negra, el novelista griego presenta sus dos últimos títulos con la lucha feminista y la crisis de las humanidades en el foco
Petros Markaris (Estambul, 1937) vuelve a la Semana Negra, donde se siente especialmente cómodo: «Desde que comencé, mi carrera ha estado ligada a este ... encuentro». Y sin su icónica pipa: «Me han aconsejado usarla solo para escribir». Llega con sus últimas novelas, 'La revuelta de las cariátides' y 'La ira de los humillados', ambas en el sello Tusquets. Nos habla de ellas.
–En 'La revuelta de las cariátides' aborda el empoderamiento de las mujeres. ¿Una luz en una época oscura?
–El impacto que están teniendo a nivel mundial las luchas de las mujeres y el movimiento feminista es una evolución muy positiva y necesaria en la sociedad. En Grecia ha sido una verdadera revolución el papel que han alcanzado las mujeres y es muy reciente, de diez años para acá, pero el precio que han tenido que pagar ha sido muy alto también. Toda revolución genera sus reacciones violentas.
–¿Como la del proletariado es una revolución sin fronteras?
–Es así y lo que tienen en común también ambos movimientos es su ansia de descubrimiento, porque tanto el proletariado como las mujeres han aportado una perspectiva diferente de cómo ver los problemas y ofrecer soluciones. El feminismo está mostrando su visión sobre la vida diaria de las mujeres, su papel en la sociedad y sus derechos laborales y con esa visión descubren nuevos problemas y buscan alternativas para resolverlos.
–¿Ahí qué papel nos toca jugar a los hombres?
–Lo que deberíamos hacer los hombres es apoyarlas si creemos que las mujeres tienen que tener igualdad de derechos y también aprender de su mensaje y transmitirlo, reevaluar nuestra perspectiva de muchas cosas que están establecidas y así poco a poco ir resolviendo muchos problemas sociales gracias a la nueva realidad de las mujeres.
–En su otra novela aborda la violencia en los jóvenes vinculada al declive de las humanidades. ¿Son muy distintos a aquellos que pedían 'paz, educación y libertad', como tituló una de sus novelas evocando a la juventud que se enfrentó a la dictadura de los coroneles?
–Me entristece un poco esa comparativa porque en cierta manera veo una conexión. El declive de la izquierda griega empezó con aquella generación. Se les considera muy valientes por haber luchado contra la dictadura, se les ha aplaudido por ello, pero con el paso del tiempo se han convertido en una generación que se ha incorporado al sistema, se ha adaptado a sus reglas, renunciando a sus valores, y se beneficia de no querer cambiar las cosas. No ha sido solo en Grecia, en Francia y en Alemania prácticamente ha desaparecido y no tiene ya un papel esencial, Algo que tienen en común con la generación actual es que venían de familias acomodadas, gente que no sabía lo que era pasar hambre o necesidades y por eso ha sido muy fácil que perdieran los pies en la realidad y hayan abandonado la lucha.
–Los jóvenes de 'La ira de los humillados' gritan como consignas citas de filósofos clásicos. ¿Esos razonamientos son hoy subversión?
–Es difícil que con máximas de filósofos se cambie la sociedad. Los gobiernos solo se preocupan de que en sus planes de estudios se repitan unas consignas y éstas se transmitan a la sociedad: que hay ganar más dinero, tener éxito y alcanzar una buena posición y esa es la forma de no tener problemas en la vida. Ese es el modelo en el que se forma a los jóvenes hoy en día.
–¿Cómo se puede transmitir a los jóvenes que las humanidades son útiles?
–No se puede lograr sin un cambio en el sistema educativo, es ahí donde reciben sus valores. Veo a los chicos al otro lado de la calle donde vivo y solo miran sus móviles no hablan ni debaten entre ellos. Y luego cuando se van a sus casas sustituyen la conversación y el debate dialéctico por un diálogo con ChatGPT. Esa es la realidad y si no se cambia desde el sistema de enseñanza, así seguirá siendo.
–¿El abandono de las humanidades y el pensamiento público explica los populismos o que esos chavales se sientan atraídos por la extrema derecha?
–Está relacionado con esa falta de debate y comunicación, pero sobre todo porque es una generación que cree que un milagro les va a salvar la vida. No confían en la sociedad y en la democracia pero piensan que se van a hacer famosos o ricos sin trabajar. En Argentina creyeron que Milei sería el milagro que lo cambiaría todo, en USA pasó lo mismo con Trump y ahora que se dan cuenta de que no es así salen a protestar y quejarse pero en lugar de dirigir la ira contra el político tendrían que cuestionar el sistema de creencias y cómo funciona el sistema para evitar el triunfo de estos populismos.
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