La mirada inquietante de una trotamundos
La semana de Macarena Gómez ·
Metida ahora a productora, la actriz de 'La que se avecina' aprovecha cualquier oportunidad para planear un viaje. Siempre que puede vuelve a su Córdoba natal, donde viven sus padresMacarena Gómez está en racha. Esta cordobesa de 45 años no puede permanecer quieta. Su pasión son los viajes y su oficina los asientos del ... tren o del avión. Con un talento especial para las idiomas, habla inglés a la perfección y hasta se ha atrevido a memorizar una canción en coreano en la cinta 'La Piedad', de Eduardo Casanova. Acaba de estrenar la película 'Desmadre incluido', que también produce, y pronto aparecerá en nuevos episodios de 'Sagrada familia', para Netflix. La cosa no acaba ahí, porque enseguida llegará a las pantallas 'Tabula rasa', la producción internacional 'Deep Fear', y la segunda temporada de '30 monedas', el regreso de la serie de terror de Álex de la Iglesia. Vive con su marido, el polifacético artista Aldo Comas, y con el hijo de ambos, de ocho años, en un pueblecito de L'Empordà (Girona), aunque viaja con frecuencia a Madrid y Córdoba, donde están afincados su padres, ambos médicos, a los que adora.
Lunes
5.30 horas. Desayuno un café con leche, bien calentita, nada más. Sé que me van a reñir, pero es así. A lo mejor más tarde me tomo una fruta o un cruasán. En los rodajes tienen café, pero la leche la ponen fría, así que a menudo tengo que ir a la cafetería a las seis y media de la mañana a por mi café con leche.
8.30 horas. Me voy de viaje. Me hace gracia porque mi madre me dice mucho: 'Ay, Macarena, cuántos trenes y aviones coges, ¿no te cansas?' Y yo le respondo, 'pues no, porque no soy el piloto ni el maquinista'. Lo que de verdad me estresa es perder un taxi o un vuelo. Cuando viajo, me acomodo en mi asientito y leo guiones y estudio. El vagón es mi oficina.
17.00 horas. Hacer una película impone muchos tiempos de espera, pero yo no me aburro. Si elegí esta profesión fue porque no quería que mi día a día fuera siempre igual.
Martes
15.50 horas. El otro día me eché la siesta y dormí una hora y media. ¡Qué locura! El problema es que luego me levanto peor, pero el cuerpo me lo pedía y estaba agotada. Por lo demás, tengo una facilidad asombrosa para conciliar el sueño: cojo el AVE y me quedo frita. Me duermo en el avión, en un taxi, donde sea. Por la noche no tengo problemas para descansar.
19.00 horas. No soporto ver cajones y puertas abiertos, es algo que me pone histérica. Una cosa que me encanta es poner lavadoras. Espero a que el cesto de la ropa sucia se llene para separarla por colores.
Miércoles
12.00 horas. No creo que sea una actriz que esté encasillada, me llaman para hacer desde comedias a películas de terror, desde un thriller a un drama. Sí que es cierto que me reclaman para hacer personajes con problemas mentales, para encarnar a una agorafóbica, una psicópata, una neurótica… ¿Por qué? Pues no lo sé, soy cero perturbada. Lo atribuyo a mi mirada, que mi padre define como subyugadora, penetrante y adhesiva. A través de mi mirada se puede saber lo que estoy pensando.
Jueves
7.30 horas. Lo más sacrificado en la vida de un actor es hacer dos trabajos al mismo tiempo, vivir en una ciudad y currar en otra, lo que te obliga a pasar días sin ver a la familia; a veces te pasas mucho tiempo sin dormir, incluso tienes que descansar en coches de producción. Es difícil convivir con situaciones así, aunque yo lo asumí hace muchos años.
«Lo más sacrificado en la vida de un actor es hacer dos trabajos a la vez, vivir en una ciudad y currar en otra»
12.00 horas. Es durísimo lograr financiación para cualquier empeño audiovisual, nadie sabe lo complicado que es. Ahora que soy productora lo he entendido a la perfección. Admiro a quien se dedica a ello. Una vez que has armado el proyecto, hay que ponerlo en pie, encontrar el equipo con que sueñas. Te vuelves loca buscando a un director de fotografía, por fin lo encuentras y luego no hay manera de cuadrar las fechas. Si tienes una productora pequeñita como la mía (Cilantro Films) has de dar con una distribuidora o plataforma que compre el proyecto.
Viernes
19.00 horas. No hago dieta ni ejercicio. Es que no tengo tiempo de ir al gimnasio. Me limito a montar a caballo una vez por semana cuando estoy en mi casa de campo.
21.00 horas. Leo en el libro electrónico los cuentos de Antonio Pereira, que era mi tío, el hermano de mi abuela. Ahora han publicado sus obras completas en Siruela con motivo del centenario de su nacimiento. Mi sueño sería hacer una película basada en algunos de sus relatos. Le suelo preguntar al escritor Juan Carlos Mestre y a sus amigos de León qué relatos llevarían a la gran pantalla.
Sábado
12.15 horas. Bajo con mucha frecuencia a Córdoba. Cuando estoy en Madrid, en un salto me planto en casa de mis padres y mi madre me hace unas lentejas. Hablo tanto de mis padres porque les tengo mucho que agradecer. Soy actriz gracias a que ellos me apoyaron en mi carrera. Les encanta que sea artista. Fui muy buena estudiante, todo sobresalientes, y a los 14 años, cuando me preguntaron qué quería ser de mayor, no lo dudé. 'Quiero ser actriz', dije. Y ellos me respaldaron: 'a por ello', me animaron. Mi padre es como la madre de la Pantoja, siempre lleva fotos mías firmadas para cuando la gente se las pide.
Domingo
12.15 horas. Me voy a Londres a ver a una amiga que actúa en una obra de teatro y ya aprovecho para visitar Oxford y Cambridge. Me paso la vida viajando. La semana que viene tengo que ir a Miami a promocionar una peli y lo tengo organizado todo para pasarme por Disneyland. A veces me dicen: '¿puedes aprender a estar un día sentada en el sofá sin hacer nada, mirando el infinito?' Pero soy incapaz. No me gusta ir a la playa a no hacer nada. Lo que de verdad me apasiona es ver piedras, el turismo cultural. Con mis padres hacíamos la ruta de los monasterios del Císter, de las iglesias románicas, de las catedrales góticas. Me encanta ir de monumentos.
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