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M. F. A.
Viernes, 11 de abril 2025, 00:02
La partitura original de la primera grabación de 'Mediterráneo', además de una copia de su primer disco publicado, un EP con títulos como 'La mort ... de l'avi' o 'Una guitarra', un libro de Miguel Hernández con anotaciones que compró de estraperlo todavía en tiempos de Franco para musicar su obra en 1972 («Está roto, como tiene que estar un libro: roto, manchado y con signos evidentes de haber sido usado») y la máquina de escribir Brother Echelon 44, con la que escribió parte de sus primeras canciones están ya a salvo, en una caja fuerte, en concreto en la 1276 de la sede madrileña del Instituto Cervantes. La Caja de las Letras dio este jueves la bienvenida al legado del gran Joan Manuel Serrat, que el pasado año recibió en Oviedo el Princesa de Asturias de las Artes.
Emocionado estaba Serrat, no negó que le costaba deshacerse de tan querido material. Y con él, observando esa emoción alegre, su mujer, Candela Tiffón, y el director del Instituto, Luis García Montero. Ante todos ellos y alguna autoridad más, confesó: «Cada día que me despierto me siento estupendamente. Pienso que la vida es un acto maravilloso a pesar de los pesares, porque procuro retrasar la hora de las noticias y de encender la tele para enterarme de ciertas cosas, pero me parece que la vida sigue siendo un regalo».
No concebía llegar a este lugar quien, dijo, nunca ha hecho nada pensando en dejar una herencia. «Incluso cuando mis hijos nacieron tampoco lo tenía previsto. Han sido cosas que han ido ocurriendo en la vida y a la cual estoy muy agradecido, porque me ha permitido hacer un oficio que me ha hecho muy feliz. ¿Qué más puedo hacer entonces que ir deshaciéndome en vida de las cosas que yo quiero, como son las que traigo aquí?», contó.
Para García Montero, la entrada de Serrat en la Caja de las Letras viene avalada por el «poder creativo» de sus letras y su «diálogo» con la poesía de autores como Machado, Rafael Alberti o Joan Margarit. «El noi del Poble-sec supo crear un mundo propio en diálogo con la canción catalana, creó la educación sentimental de los españoles y mostró que el sur también existe: nos ha enseñado a vivir con versos en la boca», dijo. Aludió a cómo a veces las pequeñas cosas se hacen grandes antes de dedicarle un hermoso piropo: «Eres bueno para la cultura internacional, hoy estas aquí y el gusto es nuestro», concluyó con un guiño al álbum grabado junto a Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos.
Este legado coincidió con la entrega al músico del Premio Antonio de Sancha, concedido por la Asociación de Editores de Madrid.
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