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La presentación de alimentos en el método BLW ha de ser fácil de gestionar para el bebé. EL COMERCIO
BLW: ¿En qué consiste el 'Baby Lead Weaning'? Los bebés deciden qué comer

BLW: ¿En qué consiste el 'Baby Lead Weaning'? Los bebés deciden qué comer

Cada vez son más los padres y madres que apuestan por el método BLW para iniciar la alimentación complementaria

CARLA COALLA

Jueves, 1 de enero 1970

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Podríamos decir que BLW, el método que está ganando adeptos en los últimos años para introducir la alimentación complementaria en los bebés, se ha puesto 'de moda', pero lo cierto es que es una de las prácticas más antiguas que existen. El término BLW es el resultado de unir las iniciales de 'Baby Led Weaning', lo que traducido sería algo así como 'alimentación autoregulada por el bebé'. Se trata, en definitiva, de que sea el propio bebé el que, una vez preparado para la introducción de la alimentación complementaria (esto es, todo lo que no sea lactancia materna o lactancia artificial), gestione la comida a su ritmo, experimentando, probando y comenzando su relación con un tipo de alimento que aún no conoce.

No se trata de desechar los llamados purés o papillas, sino de apostar por alimentos naturales, no procesados, que sean posibles de gestionar para el bebé, y que le resulten fáciles de manipular. Así se plasma en los manuales con respecto al tema, así como en las palabras de asesores/as de BLW, siempre dispuestos a aconsejar a los neófitos.

La Asociación Española de Pediatría ya incluye en sus recomendaciones de 2018, 'Alimentación complementaria del bebé amamantada', la práctica del BLW, Baby Led Weaning, la forma de alimentación respetuosa con el bebé, preservando la lactancia materna (o artificial) como principal fuente nutricional hasta el primer año de vida.

Requisitos

Para comenzar con el BLW los bebés han de cumplir una serie de requisitos, sin los cuáles no se debe ofrecer comida:

- Tener cumplidos los seis meses (a esta edad se supone que se ha alcanzado la maduración suficiente para comenzar a digerir otro tipo de alimento).

- Haber perdido el reflejo de extrusión (mecanismo con el que nacen los bebés y que hace que expulsen automáticamente cualquier cosa que entre en su boca. La mejor forma de comprobarlo es con introduciendo una cuchara en su boca y ver si la empuja o no hacia fuera).

- Mantener sentado con la espalda recta sin apoyo o con el mínimo (esto es, que debe aguantar erguido, con la cabeza recta, sin irse hacia adelante).

- Mostrar interés por la comida (aunque parezca imposible, llega un momento en el que los bebés intentan alcanzar lo que tú comes, se muestran receptivos hacia los alimentos).

- Adecuada coordinación ojo-mano-pie (es importante que el bebé sea capaz de gestionar los alimentos para evitar la frustración).

Tal y como confirman todos los especialistas en el método, es necesario que se cumplan todos los requisitos para iniciar al bebé con la alimentación complementaria.

Introducción de los alimentos

Aquí hay diversidad de opiniones. Los más tradicionales abogan por introducir un alimento nuevo cada tres días, por el riesgo de las alergias. Sin embargo, el pediatra Carlos González, autor, entre otros, de 'Un regalo para toda la vida' o 'Mi niño no me come', así como el Nutricionista Julio Basulto, autor de 'Se me hace bola' (todos ellos libros muy recomendables para conocer al bebé, sus necesidades y el método BLW), permiten la introducción de un alimento nuevo al día, aunque siempre antes de las seis de la tarde. ¿Las razones? Reconocer a tiempo una alergia y no que esta dé la cara durante la noche, en cuyo caso podríamos tardar más tiempo en detectarla. Eso sí, en caso de antecedentes familiares de alergia o alimentos de riesgo de alergia se recomienda introducir el alimento durante tres días seguidos y sin ningún otro nuevo, para asegurar que no hay alergia.

Presentación de los alimentos

La presentación de alimentos sí que es muy importante, ya que de nuevo hay que tener en cuenta que el niño los pueda gestionar, evitar el posible atragantamiento en la medida de lo posible y que este no termine frustrado y cansado al no poder cumplir su objetivo.

Tal y como se muestra en la imagen superior de este artículo, los trozos han de ser grandes, de manera que el niño los pueda coger con las manos. Lo suficientemente grandes, de hecho, para que no se los meta en la boca enteros. No hay reglas sobre el modo de cocinarlos (teniendo en cuenta que la introducción de aceite o de otros productos para cocinar también se consideran alimentos que hay que ofrecer de uno en uno para adivinar posibles alergias). Lo que sí es imprescindible es que todo podamos chafarlo nosotros con los dedos (de manera que ellos puedan 'machacarlo ' con sus encías), incluso hay quien hace la prueba poniendo la comida entre la lengua y el paladar.

En el caso de la carne o el pollo, lo ideal es cortarlos de manera transversal. La zanahoria o la manzana hay que cocinarlas, nunca darlas crudas, porque pueden facilitar el atragantamiento. Los frutos secos también se pueden triturar y espolvorear.

Alimentos desaconsejados antes del año

1. Sal. No es buena para sus riñones.

2. Azúcar. Caries infantil.

3. Miel. Caries infantil y riesgo de botulismo.

4. Frutos secos enteros. Riesgo de atragantamiento, mejor no ofrecer hasta los tres años y siempre bajo la supervisión de un adulto.

5. Desnatados y bajos en grasa. Necesitan la grasa para crecer. Si siguen con lactancia materna, no es necesario el consumo de lacteos complementarios, suficiente con el consumo ocasional.

6. Pescados grandes y mariscos. Altos niveles de mercurio y altos niveles de cadmio.

7. Carnes y huevos poco hechos. Posibles intoxicaciones.

8. Espinacas, acelgas y borrajas. Problemas con los nitritos.

9. Algas y bebidas de arroz. Elevados niveles de yodo y arsénico.

10. Alimentos superfluos. Exceso de grasa, sal, calorías vacías, procesados...

¿Y las ventajas? Compartir, convertir la hora del desayuno, de la comida, de la merienda y de la cena en una hora de diversión y de unión para la familia. Favorecer la relación sana del bebé con la comida y disfrutar, sobre todo disfrutar de uno de los grandes placeres de nuestra vida.

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