Arcelor asienta su reducción de emisiones en la venta de plantas y algunos cierres de instalaciones
Un informe de la organización SteelWatch duda de que el proyecto de Gijón implique una mejora medioambiental si no hay factoría de DRI
Arcelor destaca en su último informe de sostenibilidad que ha logrado reducir un 50% las emisiones de carbono desde 2018, también que los hornos de arco eléctrico ... (EAF), como el que se construye en Gijón y que son menos contaminantes, representan ya el 25% de la producción global del grupo, frente al 19% de entonces. Sin embargo, un análisis exhaustivo realizado por la organización SteelWatch con el revelador título de 'Retroceso en la acción climática', aunque avala esas cifras, aclara que no implican una reducción real de la contaminación ni un beneficio para el planeta, ya que ese recorte se debe principalmente a la venta de instalaciones, «lo que significa que las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas han cambiado de propietario en lugar de eliminarse físicamente». A esto se añaden algunos cierres, como el de uno de los hornos altos de Fos-sur-Mer (Francia), y que el grupo no tiene en cuenta el impacto de las plantas indias.
Entre las desinversiones, recuerda la venta de activos a la que las autoridades de la Competencia obligaron a Arcelor para hacerse con la italiana Ilva y que supuso desprenderse de las factorías de Galati (Rumanía) y Ostrava (Chequia), con hornos altos, así como instalaciones en Skopje (Macedonia), Piombino (Italia), Dudelange (Luxemburgo) y Lieja (Bélgica). Después, la operación de Ilva resultó un fiasco y la planta de Taranto, a su vez, acabó bajo control del Estado italiano. A todo ello hay que añadir la venta de ArcelorMittal Estados Unidos a Cleveland-Cliffs, una decisión empresarial que le permitió ganar liquidez, pero que también ha sido cuestionada. La otra gran desinversión se produjo a instancias del Gobierno de Kazajistán. Arcelor fue invitada a abandonar el país tras un accidente minero que costó la vida a, al menos, 46 trabajadores.
Mientras, SteelWatch revela que la multinacional no solo ha paralizado sus proyectos para construir plantas de reducción directa del mineral de hierro (DRI) en Europa, entre ellos el asturiano, sino que tampoco ha avanzado con el de Canadá, para el que incluso se puso la primera piedra en 2022 con la intervención del primer ministro de entonces, Justin Trudeau, y el presidente de Arcelor, Lakshmi Mittal. Avisa SteelWatch de que «en ninguna de las cinco plantas de hierro de reducción directa de la compañía en Europa y Canadá se ha tomado una decisión final de inversión. La transformación se estancó incluso antes de comenzar».
En el caso europeo, la multinacional sí que hizo público que paralizaba estos proyectos ante unas condiciones de mercado y políticas que no eran las previstas, pero no ha dicho nada sobre el plan del país americano.
La doble contabilidad de emisiones y beneficios en India
Arcelor reduce sus capacidades en Europa mientras las eleva en India, un país en pleno desarrollo al que no solo prevé deslocalizar parte de los servicios de estructura del Viejo Continente, entre ellos un centenar de puestos de Asturias, sino en el que también aspira a aumentar sus capacidades industriales, que en la actualidad rondan los 9 millones de toneladas anuales.
Con este objetivo, ArcelorMittal / Nippon Steel India (AM/NS India), empresa conjunta en la que la compañía de los Mittal posee el 60% y la japonesa el 40% de las acciones, está construyendo dos nuevos hornos altos, por tanto instalaciones muy contaminantes, con una capacidad conjunta de producción de 7 millones de toneladas, y cuya finalización está prevista para 2025 y 2026, respectivamente, así como tres nuevos hornos básicos de oxígeno (BOF), con una capacidad conjunta de 6 millones de toneladas. Con ello, duplicará y superará los 15 millones de toneladas, pero tiene más planes de crecimiento: a 18 para 2028, a 24 para 2030 y la ambición de dispararse a 40 millones de toneladas más allá, en principio, basados en el método tradicional, que combina el horno alto (arrabio) con los BOF en las acerías.
SteelWatch destaca que AM/NS India es a menudo mencionada con orgullo por su empresa matriz, ArcelorMittal, alardeando de su presencia en «el mercado siderúrgico de más rápido crecimiento del mundo». Sin embargo, «un problema importante persiste», recalca esta organización, porque «si bien ArcelorMittal incluye a AM/NS India en sus informes de ingresos (ebitda), no la incluye en los objetivos climáticos del grupo ni en sus informes de emisiones de gases de efecto invernadero». En este sentido, considera que la afirmación de la multinacional de que ha reducido sus emisiones absolutas a casi la mitad desde 2018 ignora el impacto climático de la compañía india, que actualmente es de alrededor de 15 millones de toneladas de CO2 al año, pero se espera que supere las 25 a partir de 2026.
«En otras palabras, al informar a los accionistas, ArcelorMittal declara los beneficios de su empresa conjunta, pero no se responsabiliza de las emisiones de gases de efecto invernadero de esta», denuncia.
Desde 2018, se han invertido 1.000 millones de dólares –unos 880 de euros– en gastos de capital para la descarbonización, cuantifica el informe, una cantidad que queda muy por debajo de lo previsto inicialmente. Como ejemplo, solo el proyecto asturiano superaba esa cifra. Este incluía un horno eléctrico híbrido en Gijón –la única instalación de todos los planes anunciados que se está construyendo– y una planta de reducción directa del mineral de hierro.
Falta de DRI
Precisamente, el documento cita el proyecto del horno eléctrico asturiano, cuya inversión supone 213 millones de euros, y que se prevé que se ponga en marcha a principios del año que viene. Sin embargo, avisa también de que estos hornos, por sí solos, son insuficientes para recortar las emisiones. Son útiles, explica, cuando se acompañan de la garantía de suministro renovable, pero también recuerda que necesitan hierro virgen, no solo chatarra. Si este «se fabrica en un horno alto, el ahorro de emisiones es menor», argumenta, y también que «ArcelorMittal no ha aclarado de dónde provendrán los insumos de hierro virgen para su flota de EAF, dado que las plantas de DRI prometidas no están avanzando y no hay indicios de una inversión o adquisición equivalente en DRI para compensar».
De ahí que considere que sin la inversión en este tipo de factorías, el proceso está incompleto. «Incluso en países con un fuerte potencial renovable, como Canadá y Brasil, ArcelorMittal no ha realizado la inversión necesaria», apunta el informe.
Además, tras detallar el proyecto asturiano, considera que «sin garantizar claramente una fuente de electricidad y hierro de bajas emisiones» quedan muchas dudas sobre la huella global de gases de efecto invernadero, ya que la mayoría de emisiones están asociadas a estos dos insumos».
«Si ArcelorMittal no produce por sí misma ni adquiere hierro bajo en emisiones en volúmenes suficientes, independientemente de si este se produce en Europa o no, existe el riesgo de que los hornos de arco eléctrico acaben alimentándose con arrabio producido en un horno alto con altas emisiones de CO2, o simplemente queden infrautilizados», advierte el documento sobre esa supuesta descarbonización.
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