Asturias se sitúa entre las comunidades mejor posicionadas para afrontar la guerra arancelaria

Para medir la complejidad económica de un territorio el informe tiene en cuenta, sobre todo, dos aspectos. Por un lado, la diversidad de los bienes que una comunidad es capaz de exportar. Por otro, la ubicuidad, es decir, la exclusividad de esos productos y a cuántos países o regiones se venden. Así, cuanto más diversificada y menos común sea la cesta exportadora de una autonomía, mayor será su complejidad económica. «A medida que un territorio acumula conocimiento, aprende a exportar una mayor variedad de bienes que, al ser cada vez más especializados, son producidos por cada vez menos países», recoge el estudio.

El Principado se encuentra en la quinta posición de la lista autonómica de complejidad económica, con un índice del 0,08, por detrás de País Vasco (0,36), Madrid, Navarra y Cantabria (las tres con un 0,11). En el extremo contrario están Galicia (-0,4), Murcia (-0,5) y Andalucía (-0,42). Por provincias, Asturias se sitúa en el décimo puesto en una clasificación que lidera Guipúzcoa. España, por su parte, consiguió escalar varias posiciones hasta el puesto 31 de un total de 132 países en 2023, con un índice del 0,86, aunque hace veinte años ocupaba la posición 21. Japón se cuelga la medalla de oro al contar con la economía más compleja (2,07). Asimismo, Taipei (2) y Suiza (1,96) se llevan las otras dos preseas, mientras que Alemania (1,79) ocupa la quinta posición del ranking mundial, según el informe de Cotec.

¿Cuáles son los productos diferenciales que se fabrican en Asturias? El informe pone la lupa en dos indicadores: la especialización y la complejidad de estos bienes. El metal tiene un papel protagonista en las exportaciones asturianas, y esto se aprecia en que los productos más especializados, según el índice RCA (ventaja comparativa revelada), son las hojas de zinc, el zinc crudo, los productos ferroviarios de hierro, otros buques marinos y la escoria granulada.

La Fundación Cotec analiza también la complejidad de un producto, y lo relaciona con el nivel de conocimiento, tecnología y habilidades que requiere su fabricación. Cuanto mayor es la complejidad de un producto, más difícil es de producir y menos común es en el mercado global. Aquellos que tienen una alta complejidad tienden a estar asociados con economías que experimentan mayor crecimiento, niveles de ingresos más altos, menor desigualdad y menores emisiones de carbono, debido a su valor agregado y el desarrollo tecnológico que implican.

Para alcanzar el valor de estos productos, el informe se vale del Índice de Complejidad del Producto (PCI), que mide la intensidad del conocimiento de un bien considerando la intensidad del conocimiento de sus exportadores, y tiene en cuenta también la sofisticación y diversidad de los conocimientos técnicos necesarios para desarrollar un producto. Así, las exportaciones de mayor complejidad de Asturias, según el PCI, son el zinc crudo y las briquetas de carbón.

De hecho, el primero es el principal producto exportado desde el Principado, al aglutinar el 19,1% de las ventas al exterior en 2024 (1.100 millones de los 5.750 totales). Le siguen las estructuras de hierro (564 millones), hierro de mano plana recubierta (260 millones), sulfato de leña química (260 millones), y hierro en caliente (252 millones).

En cuanto a los destinos más habituales de las exportaciones asturianas, Francia ocupa la primera posición, con 726 millones de euros, el 12,6% del total. Le siguen Reino Unido (501 millones), Italia (497), Portugal (480) y Alemania (441 millones). En cambio, las ventas a Estados Unidos son notablemente menores, ya que suponen 232 millones, el 4,05%.