Las empresas auxiliares de Arcelor temen un mayor impacto de la crisis en 2020
Las malas previsiones del acero, las nuevas paradas y el excedente de plantilla que generarán las nuevas baterías de cok preocupa a los trabajadores
ÓSCAR PANDIELLO
GIJÓN.
Jueves, 3 de octubre 2019, 03:56
Las alarmas por la crisis del acero que afecta de lleno a ArcelorMittal se extienden más allá de la empresa. A los más de 5.000 empleados que tiene en plantilla el gigante siderúrgico les han ido llegando en los últimos días numerosas malas noticias relacionadas con paradas en la producción o con las preocupantes expectativas de la multinacional para los próximos meses. Una situación de «emergencia total», tal y como definió la empresa la semana pasada, que también afecta de lleno a los trabajadores de las empresas auxiliares.
No en vano, desde los sindicatos se calcula que puede haber entre 2.800 y 3.000 empleados de empresas auxiliares que se desempeñan en las plantas de Gijón y Avilés de manera habitual. Esta incertidumbre, por tanto, también afecta de manera directa a estos trabajadores, muchos de ellos eventuales -en algunas empresas el índice de eventualidad alcanza el 60%- y que, por tanto, son los primeros en notar los recortes en personal que eventualmente se necesitan para compensar la falta de pedidos de la multinacional.
«Hay dos tipos de problemas: los coyunturales y los estructurales. Los primeros, como las paradas, somos capaces de asumirlos siendo flexibles, con vacaciones o a través del ERTE. Pero los estructurales, como el cierre de las baterías de Avilés, ya es algo más complicado», explica el secretario de Política Sindical, Negociación Colectiva y Empleo de UGT-FICA, Javier Campa.
Según reconocen desde el ámbito sindical, lo peor para los trabajadores de las auxiliares todavía está por llegar tras un último trimestre del año que se prevé difícil. En primer lugar, según explica Campa, porque algunos de estos empleados están siendo recolocados en las paradas programadas de mantenimiento. «La gente que está trabajando en estas empresas es polivalente y puede desenvolverse en otros tajos mientras paran algunas instalaciones, pero de todas formas esta alternativa no es definitiva», asevera.
El cierre de las baterías de cok en Avilés es otro de los problemas «estructurales» a los que hace referencia el sindicalista. No en vano, de los 250 empleados de las auxiliares que hasta ahora se desempeñaban allí solo quedarán 50 en las nuevas que ya se están construyendo en Gijón. «Eso lo notaremos el año que viene. Se va a perder bastante plantilla ahí y está por ver si se negocia una reestructuración de estos puestos de trabajo», explica el coordinador de la gestora de USO en Asturias, Juanjo Estrada.
A su juicio, los trabajadores más afectados por esta última racha de paradas son los eventuales, «la parte más débil» de todo el entramado laboral. «De todas formas la inversiones de la empresa siguen vigentes y los planes de futuro se mantienen, esperamos que estas dificultades sean temporales», afirma. Desde las empresas auxiliares, por otro lado, se espera que cuenten con sus empleados para acometer las obras de descontaminación de los terrenos donde se encontraban las baterías de cok avilesinas. Su conocimiento de las instalaciones será su gran baza para ello. «Sería, de todas formas, una solución temporal para este excedente de empleos. La empresa nos había dicho que nos llamaría para estudiar la reorganización de los trabajadores de las baterías, pero seguimos a la espera», añade Antonio Lueje, responsable de industria auxiliar de CC OO.
«A años luz»
A corto plazo, el tren de chapa de la factoría gijonesa parará hoy después de haberlo hecho en la jornada de ayer. Más dilatado en el tiempo quedará la negociación del convenio colectivo de las auxiliares, que los sindicatos negocian con Femetal. En este sentido, Lueje reconoce que «no es la situación más idónea» para concretar las condiciones laborales con la patronal. «Ahora tirarán a la baja y, de momento, estamos a años luz de llegar a un acuerdo», sostiene. «Todo lo que le pase a Arcelor entorpecerá la negociación, así que estamos expectantes», añade Campa.