Reny Picot también renuncia a fondos europeos para construir la planta de biomasa
Reny Picot decide no aceptar los 4,7 millones adjudicados por Industria por un cambio en las prioridades de inversión, al igual que CAPSA
Industrias Lácteas Asturias (Ilas), que opera bajo la marca comercial Reny Picot, renuncia a los fondos europeos adjudicados por el Ministerio de Industria ... para construir una planta de biomasa que les permita descarbonizar su actividad. Adopta así la misma postura que CAPSA Food, que ha decidido no aceptar una partida de 2,5 millones otorgada por el Gobierno central para levantar unas instalaciones similares debido a la incertidumbre en torno a los derechos de emisión. Según confirmaron fuentes de Ilas, la empresa no tomará los 4,7 millones de euros concedidos del PERTE (Proyectos para la Recuperación y Transformación Económica) de Descarbonización.
La compañía láctea con sede en Anleo (Navia) no hará uso de ese dinero por «cambios en las prioridades de inversión». Modificaciones en las que ha influido el incendio que afectó a la planta naveta el pasado mayo, que provocó daños, sobre todo, en una cámara de frío; aunque también la incertidumbre que rodea a la política energética. Se da la circunstancia de que la planta de cogeneración de Ilas todavía funciona con fuel –la única en Asturias– y es una de las afectadas por la orden de ajuste de la retribución de las renovables, cogeneración y residuos (el denominado Recore) establecida por el Ejecutivo central. Por ello, la empresa consideraba que la solución idónea era la construcción de una nueva planta de biomasa, pero parece postergará esa inversión.
Por su parte la consejera de Transición Ecológica, Nieves Roqueñí, puso ayer en valor el «esfuerzo que está haciendo la industria regional con proyectos de descarbonizacion muchas veces muy innovadores para adaptarse a los objetivos de la transición ecológica». En este sentido, recalcó que el hecho de que un proyecto no se desarrolle o se aplace «no significa que esté en riesgo el cambio de modelo». En cambio, ante la renuncia de dos compañías punteras a sus planes de descarbonización, la presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), María Calvo, puso de manifiesto su preocupación por la «pérdida de proyectos industriales vinculados a ayudas del PERTE en Asturias, lo que evidencia problemas como la burocracia, la inseguridad jurídica y la falta de competitividad». Estas dificultades comprometen inversiones clave para el empleo y la sostenibilidad económica, aseguró. Para detener estas renuncias, «es urgente simplificar trámites, garantizar un marco regulatorio estable y desarrollar infraestructuras adecuadas». Por ello, Fade insta a «una colaboración eficaz entre administraciones y empresas» para asegurar un entorno favorable que permita el desarrollo industrial de la región.
Mientras, la Cámara de Comercio de Avilés apuntó que la industria lleva tiempo avisando de que «no será capaz de descarbonizarse de manera acelerada manteniendo la competitividad sin una nueva batería de ayudas». A su juicio, «las advertencias están sobre la mesa» y la solución pasa por buscar mecanismos para que puedan llevarse a cabo las inversiones más allá de los PERTE. «Es un error vender expectativas a los ciudadanos de que, si no invierten ellos, otros vendrán», manifestó el órgano empresarial, quien lamentó que la política energética europea y, en particular la española, «genera incertidumbre en las empresas y además no garantiza el suministro por la elevada dependencia de las renovables».
CAPSA tenía previsto construir la planta de biomasa junto con Ence. A pesar del aplazamiento del proyecto, esta última mantiene su apuesta por la descarbonización del sector agroalimentario y prueba de ello son iniciativas como la planta de biomasa para Mahou San Miguel en Alovera (Guadalajara). «Creemos firmemente en que es la vía para hacer una industria sostenible y cumplir con los objetivos de descarbonización establecidos a nivel nacional y europeo», explicaron fuentes de Ence.
Hunosa
También Hunosa tiene ambiciosos proyectos vinculados a la biomasa. El mayor es la hibridación de la caldera de la central térmica de La Pereda para funcionar con residuos vegetales. Tras conseguir 50 MW en la subasta de renovables celebrada en 2022, está sujeta a un programa retributivo con unas condiciones específicas durante 20 años, con lo cual «está garantizada su viabilidad», indicaron fuentes de la hullera. En paralelo, Hunosa trabaja en varios proyectos de biomasa y en el sector forestal distintos a La Pereda. Sumandos estos a la planta de captura de CO2, la compañía aspira, no solo ser neutra en emisiones, «sino a ser un sumidero de CO2».
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