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Han pasado 65 años desde que el salón de baile de Anleo pasara del son de la música al de los cántaros de hierro estañado. ... Los orígenes de Industrias Lácteas Asturianas (Ilas), que comercializa sus productos bajo la marca Reny Picot, están en el queso, en concreto, en el camembert. Su fundador, Francisco Rodríguez, había adquirido en Francia los conocimientos para elaborarlo, que puso en práctica en las instalaciones de esta localidad naviega donde aún mantiene la sede central de la hoy multinacional. En ese mismo complejo industrial inauguró este lunes una nueva nave dedicada, en este caso, a un queso italiano, la mozzarella, que le permitirá competir tanto en el mercado nacional como en los internacionales. Esta ampliación, que ha supuesto una inversión que sobrepasa los 15 millones de euros, supone un incremento del 25% de la capacidad de producción de la planta de Anleo, que superará así el millón de litros de leche diarios procesados.
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En las nuevas dependencias, dotadas con la tecnología más avanzada disponible en el sector y que darán empleo a 30 personas, apunta la compañía, se podrán producir 20.000 toneladas de queso mozzarella. Las obras comenzaron en abril de 2024 y un año después se han puesto en marcha. Con esta inversión, Ilas refuerza su apuesta por «la innovación, la sostenibilidad y el crecimiento, consolidando a Anleo como el motor industrial del grupo» en el ámbito internacional, destaca la empresa.
Numerosos representantes de primer orden de la política, las empresas y la cultura se reunieron ayer en la fábrica de Anleo de Industrias Lácteas Asturianas (Ilas) para acompañar a su fundador, Francisco Rodríguez en la inauguración de las nuevas instalaciones. Además del actual jefe del Ejecutivo asturiano, Adrián Barbón, acudieron tres expresidentes: Pedro de Silva, Juan Luis Rodríguez-Vigil y Javier Fernández. Tampoco quisieron faltar a la cita el consejero de Medio Ambiente, Alejandro Calvo, y el de Medio Rural, Marcelino Marcos, y el presidente de la Junta General, Juan Cofiño. De la esfera política socialista también se desplazó a esta localidad naviega la presidenta de Consejo de Comunidades Asturianas, María Antonia Fernández Felgueroso, y su hermana Paz, exalcaldesa de Gijón y exconsejera de Industria.
Asimismo, desde las filas populares, su presidente en la región, Álvaro Queipo, estuvo presente en el acto, acompañado por el diputado Luis Venta, entre otros. Así como el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, y el director gerente de Emulsa, Ramón García Cañal.
La emoción del fundador de Ilas era palpable, agradecido por los numerosos amigos que quisieron asistir a la inauguración de la nueva nave. No faltaron las anécdotas durante su intervención, como las relativas a los tres problemas que dificultaron sus inicios. En primer lugar, las moscas que, atraídas por el olor del camembert, arruinaron la producción «en 24 horas, dejando una inmensa población de blancos gusanos». El transporte para llevar el producto a Madrid también le provocó dolores de cabeza en los primeros años, pero encontró la solución en los techos de los autobuses de ALSA que cubrían el trayecto de Navia a Oviedo. Luego llegaban a la capital española en un tren nocturno. También el servicio militar supuso un obstáculo porque a Rodríguez le fue denegada la segunda prórroga y tuvo que incorporarse a filas para hacer la 'mili' en Sidi Ifni (Marruecos), desde donde se comunicaba con Anleo gracias a una rudimentaria máquina de escribir prestada.
Rodríguez aprovechó su discurso para señalar que el sector lácteo español tiene un déficit de 3.000 millones de litros de leche transformados, «y solo en Galicia se está dando respuesta» con la sustitución de pequeñas explotaciones ganaderas por otras más grandes y modernas, sin perder el carácter familiar. Respecto a Asturias, señaló que «no está bien aprovechada en materia de pastos», por lo que sugirió al consejero de Medio Rural crear una mesa de trabajo para abordar esta cuestión.
El fundador de Ilas estuvo acompañado por sus hijos en la jornada. Rocío Rodríguez es la presidenta de la multinacional, mientras que Juan Rodríguez es el consejero delegado. Los tres miembros de la familia se afanaron en destacar y reconocer la labor de todos los trabajadores que les han acompañado en estas más de seis décadas de trayectoria (hay 600 en Anleo y unos 2.000 en global). En especial, a Celestino García, «el mantequero mayor del reino» y presente en el acto institucional. «Somos los dos que quedamos», resaltó el fundador.
También hubo un recuerdo para los que «ya no se encuentran entre nosotros y que fueron pilares fundamentales en el crecimiento de la empresa», señaló la presidenta. Su hermano puso una nota de humor al asegurar que en Ilas «no existe la jubilación» porque cuando los trabajadores llegan a la edad de retiro tienen que pasar «por el filtro» de su padre: «Van apañados, dice entonces», bromeó.
Precisamente, Juan Rodríguez fue el encargado de ejercer de anfitrión en la nueva planta, que fue bendecida por el párroco de Puerto de Vega, el padre Pedro Fernández, y donde el director de Ventas, Román Álvarez, ofreció una breve explicación técnica sobre la nueva línea de producción, que representa un «sólido pilar para afrontar el futuro con la confianza de siempre», apuntó el consejero delegado. Por su parte, el presidente del Principado, Adrián Barbón, destacó que «la modernización de esta línea representa un avance tecnológico y también un compromiso con el desarrollo económico del occidente costero asturiano».
Además de destacar el impacto positivo en términos de empleo y producción, el jefe del Ejecutivo asturiano puso en valor la figura de Francisco Rodríguez. A su juicio, el empresario merece el agradecimiento del Principado por tres rasgos fundamentales: su talento empresarial, su compromiso con el territorio en el que realiza su actividad y su aportación intelectual. «Sin miedo a exagerar, podemos afirmar que, con esta inauguración, Asturias se refuerza como marca de calidad agroalimentaria en el mercado global», añadió. También la alcaldesa de Navia, Ana Isabel Fernández, agradeció el compromiso «personal» de la familia Rodríguez, no solo con el crecimiento económico del concejo, sino también con su desarrollo social y cultural.
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