Pepe Álvarez

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Pepe Álvarez
Asegura Pepe Álvarez (Belmonte de Miranda, 1956) que los derechos de los ciudadanos corren más peligro que nunca, un riesgo avivado por la llegada ... al Gobierno de Estados Unidos de Donald Trump y su guerra arancelaria. Para contrarrestar esta ola reaccionaria, el secretario general de UGT apuesta, no solo por proteger lo conquistado, sino por avanzar en cuestiones como la reducción de la jornada laboral y la reforma de la indemnización por despido.
–¿Es adecuada la postura de la UE ante los aranceles de Trump?
–Me parece que es buena. Se ha visto que Trump tiene que entrar en una línea diferente de negociación, ahora se trata de mantener firmeza en el fondo. En el proceso seguramente habrá algún tipo de movimiento, para que en todo caso nos deje en unas condiciones comerciales, por lo menos, similares a las que teníamos. Pero vamos a ver cómo va evolucionando todo esto porque creo que hay una enmienda a la totalidad al sistema de multilateralidad.
–Uno de los sectores más afectados por los aranceles es la siderurgia. ¿Llega tarde el plan del acero ideado por la UE?
–La siderurgia tiene algunas dificultades desde antes de los aranceles y, en todo caso, estos no pueden ser la excusa. El sector y, en concreto, Arcelor tienen que seguir un proceso de adaptación desde el punto de vista medioambiental y decidir claramente que apuesta por mantener la actividad, algo que creemos que no puede depender del accionista, sino del país. Hay que asegurar la producción de acero por los puestos de trabajo y por Asturias, pero también porque es una necesidad para España y Europa.
–Arcelor se apoya en la incertidumbre para no realizar las inversiones prometidas en Asturias y potencia Estados Unidos e India. ¿Es el inicio de una gran deslocalización?
–No, para nada. España puede, sin ningún lugar a dudas, competir en muy buenas condiciones desde el punto de vista industrial. Somos el país de la Unión Europea que tiene la posibilidad de acceder a más energía en mejores condiciones económicas. ArcelorMittal puede que tenga alguna otra excusa, pero la energía no puede serlo. Por otra parte, repito, si esto continúa y no hay elementos de negociación y de equilibrio, la Unión Europea tiene que pensar en sí misma y en la autonomía estratégica en un sector tan importante. ArcelorMittal lleva tiempo titubeando, sin tomar la decisión de dar el paso que permita que la fábrica esté en Asturias durante un largo tiempo. Tiene una gran oportunidad, sobre todo a partir del PERTE y de esta ayuda tan importante que le da el Estado. Y si no lo quiere hacer, habrá que buscar otros instrumentos que nos permitan continuar produciendo acero en el seno de la Unión Europea.
–¿Habla de nacionalización?
–Es una manera de definirlo, en términos sindicales, impecable, pero parece que suena muy antiguo. En todo caso, lo importante es garantizar ese futuro, puede ser con una nacionalización puntual durante un tiempo determinado o puede ser trabajando con socios que lo puedan hacer. Es un camino que nosotros estamos defendiendo desde el minuto cero, nuestro compromiso con la gente de Arcelor es pleno, con Asturias también y con la producción de acero para nuestro país también. Lo hemos planteado en diferentes ocasiones y continuaremos haciéndolo. No se trata solo de los trabajadores que están en estos momentos en Arcelor, sino del futuro de Asturias y de que la actividad no tenga fecha de caducidad.
–¿Se logrará un pacto de Estado por la industria?
–Pues debería porque creo que ya estamos fuera de tiempo. Hay que poner los focos largos y pensar que un pacto de estas características genera confianza desde el punto de vista empresarial, permite inversiones a largo plazo y, por tanto, me parece que es absolutamente necesario para nuestro país. Para crear empleo, pero también para asegurar bienes y servicios a la población.
–¿Se han generado empleos que compensen los perdidos con el cierre de minas y térmicas o queda camino por recorrer?
–Queda mucho camino por recorrer. Desde el punto de vista de la producción de nuevas energías, estamos absolutamente en la dirección que plantea el SOMA de que Hunosa se convierta en una empresa nacional de generación de energía. El Estado va a tener que renovar algunas licencias de centrales hidráulicas y debe estar presente en la generación. Pensamos que las potenciales actividades de Hunosa son amplísimas.
–El sector de la defensa ha adquirido protagonismo en los últimos tiempos. ¿Ve a Asturias bien posicionada?
–Asturias tiene una gran oportunidad con la industria de la defensa. Debe apostar por ello como región, porque no hay duda de que va a generar mucha actividad, y además limpia, y empleos de calidad. Ahí creo que sería la oportunidad de que España le dé a Asturias una parte de lo que Asturias le ha dado en el proceso del carbón. Esta región tiene unas buenas condiciones porque cuenta con experiencia, mano de obra cualificada y además le corresponde.
–¿El Congreso aprobará la toma en consideración del proyecto de ley para reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales?
–Creo que se logrará. Me parecería muy fuerte que los diputados y las diputadas no tuvieran en consideración un proyecto de ley que cuenta con el aval de las organizaciones sindicales mayoritarias de nuestro país, y, lo que es más importante, con el de una amplísima mayoría de la población. A partir de aquí, lo que esperamos es que haya un margen para la negociación y que la CEOE vuelva a la mesa de diálogo con los sindicatos y veamos si somos capaces de ir haciendo aportaciones en el trámite parlamentario para que finalmente se apruebe. Y también quiero decir claramente que, si no se aprueba, vamos a perseguir en términos democráticos a aquellas fuerzas políticas que voten en contra.
–¿En qué punto está la reforma del despido?
–Estamos pendientes de que el Gobierno, más de un año después desde que salió la resolución europea y tras las sentencias que han ido apareciendo, convoque una mesa para iniciar la negociación. Si no, vamos a pedir la ejecución de sentencia al propio Tribunal de Derechos Sociales.
–Hace algo más de un mes fallecieron cinco mineros en Cerredo. ¿La seguridad laboral sigue siendo una asignatura pendiente?
–Lo es sin ningún lugar a dudas, por eso desde UGT llevamos años exigiendo al Gobierno un cambio en profundidad en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. De hecho, se ha constituido ya la mesa. Se ha de abordar con más medios y hay que dotar a las organizaciones sindicales de instrumentos que nos permitan hacer inspecciones y a las patronales, si quieren, también. Creemos que, además, hay que incorporar enfermedades profesionales, que llevamos muchísimo tiempo sin hacerlo.
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