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Algo está cambiando en el seno de la Unión Europea, siempre tan garantista con las ayudas de Estado o la apertura de mercados. La ... pandemia supuso un punto de inflexión y empezó a abrir la mano a la hora de apoyar a ciertos sectores, pero la crisis industrial actual, con el acero entre los principales afectados, la está obligando a cambiar totalmente de estrategia. Lo refrenda el informe Draghi, que reclama cambios para evitar deslocalizaciones, mientras que el Viejo Continente se ve amenazado por una invasión de productos extracomunitarios a precios de derribo. En este contexto, el candidato a vicepresidente ejecutivo responsable de la Prosperidad y la Política Industrial de la Comisión Europea, Stéphane Séjourné, ha prometido un plan para el acero en sus primeros 100 días de mandato.
En su examen en el Parlamento Europeo, necesario para su confirmación, subrayó la importancia estratégica de la siderurgia, cuyos productos están presentes en todos los ámbitos de la economía, desde los coches a los edificios, pasando por las renovables, y de la que dependen 300.000 empleos directos y dos millones indirectos. «No la dejaremos morir, habrá un plan para el acero», recalcó el político francés, tras reconocer el «efecto tijera» que amenaza al sector, derivado en buena medida de los altos costes energéticos y de la llegada masiva, sobre todo, de productos chinos. Esta podría dispararse aún más si Donald Trump ratifica las medidas proteccionistas que prometió en campaña y bloquea con aranceles el acceso al mercado estadounidense.
Ante esta situación, Séjourné habló de una estrategia defensiva y ofensiva. Sobre el primer aspecto, abogó por remplazar las actuales medidas de defensa comercial, que contemplan un sistema de cuotas y aranceles, por «una solución estructural». No será fácil si se quiere cumplir con la normativa de la Organización Mundial de Comercio (OMC). El actual sistema se puso en marcha de forma temporal en 2018, como respuesta a los aranceles al aluminio y el acero promovidos por Trump, y se extendió en 2023 hasta 2026. Sin embargo, no ha logrado frenar esa entrada masiva de acero barato en el mercado comunitario y, además, las reglas de la OMC establecen una duración máxima de ocho años.
Por otro lado, ante las críticas del sector al Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM, por sus siglas en ingés), en vigor en forma transitoria hasta diciembre de 2025, apeló a esperar a la revisión que se realizará el año que viene sobre su desarrollo, que entre otros aspectos, no contempla ningún tipo de compensación para los productores europeos, que asumen el coste de los derechos de emisión, a la hora de salir a mercados globales y competir con aquellos que no tienen que pagar por contaminar.
Y en el lado ofensivo, sobre todo, Séjourné defendió ofrecer un apoyo mayor a los planes de descarbonización del sector. «Sabemos que cierto número de inversiones están totalmente congeladas a la espera de anuncios de la UE», reconoció el candidato a comisario. No citó casos concretos, pero entre los proyectos que están bloqueados se encuentran los de Arcelor, como la planta de reducción directa del mineral de hierro prevista para Asturias. «La UE necesita avanzar rápidamente y esto posibilitará desbloquear cierto número de planes de descarbonización», apuntó. Para ello, cuenta con que las empresas dispongan de más ayudas para financiar estas iniciativas. «Me comprometo a que tengan medios para acelerar la descarbonización», insistió. El Banco Europeo de Inversiones ya participa de estos proyectos, pero abogó por profundizar en esta colaboración, para la que la presidenta de la entidad, Nadia Calviño, «tiene voluntad». Además, también prevé que lleguen fondos comunitarios por otras vías, como el Programa InvestEU.
De este modo, respondió también al nuevo llamamiento realizado por la patronal Eurofer y el sindicato IndustriAll, que antes de la cita de Séjourné en el Parlamento Europeo, habían vuelto a reclamar a la UE que responda de forma urgente a la crisis del sector «para restaurar su competitividad y salvar miles de puestos de trabajo antes de que sea demasiado tarde». No obstante, el nombramiento del político francés no está aún confirmado. Su candidatura deberá ser aprobada por los legisladores en una votación sobre todo el grupo de nominados, que se espera que tenga lugar a finales de mes.
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