El ojo asturiano del Universo toma forma

El telescopio se encontraba hace un año en un «avance importante» de instalación en el Cerro, a 2.600 metros de altitud, un lugar idóneo para la observación astronómica, por su altitud y por su atmósfera seca y libre de contaminación. Pero en marzo, cuando se encontraban a mitad de montaje, las condiciones de la pandemia en Chile empeoraron y la dirección de Asturfeito tomó la decisión de que los trabajadores de la compañía en Chile regresaran a Asturias.

Fue el pasado mes de enero cuando la compañía asturiana decidió retomar los trabajos. Así lo explicó el director general de Asturfeito, Ricardo Rodríguez Ojeda, aunque la decena de trabajadores que se trasladaron a Chile se encontraron al llegar con nuevas restricciones. «Allí es mitad de verano y para entrar exigen llevar una PCR hecha desde España, pasar allí una cuarentena de 10 días, y realizar una nueva PCR». Así, los trabajos volvieron a retrasarse.

Pero la semana pasada, el jefe de proyecto y los miembros del equipo eléctrico, del equipo de montaje mecánico y de montaje hidráulico –diez personas en total– pudieron volver a ponerse manos a la obra tras casi un año de parón.

Desde Asturfeito celebran haberse encontrado la instalación en condiciones óptimas para continuar con los trabajos, ya que una persona realizó tareas de mantenimiento, con lo que «se lo encontraron todo bien».

La previsión es que a finales de año se haga la entrega total de la obra, incluyendo el montaje, las pruebas de funcionamiento y el soporte final, para que la instalación pueda arrancar.

Esta es una de las mayores obras de ingeniería diseñada y desarrollada en la región. A través de este telescopio podrá cartografiarse el universo. Para ello realizará cada noche durante diez años un barrido fotográfico del hemisferio sur que dará como resultado una completa película del universo grabada en alta definición de unos sesenta petabytes que se pondrá a disposición de la comunidad científica internacional.

El proyecto comenzó en 2014 cuando Asturfeito acudió a un concurso mundial en un consorcio con la ingeniería Ghesa logrando la adjudicación de la construcción de la estructura del telescopio. La estructura cuenta con 17 metros de alto, 16 metros de ancho y un peso de casi 400 toneladas.

Asimismo, contará con una cámara de cuatro toneladas de peso y 3.200 megapíxeles, y un conjunto de espejos, el mayor de los cuales pesa 53 toneladas. A todo ello hay que sumarle un mecanismo capaz de mover 360 grados en redondo y 100 grados en vertical todo el conjunto. Para ello, el sistema completo descansa sobre un colchón hidrostático de aceite de apenas 50 micras. 22 motores eléctricos se ocupan, con un sistema de electroimanes, de mover el conjunto con precisión absoluta y a velocidades de hasta una vuelta completa en 36 segundos.

Este telescopio forma parte del proyecto AURA, impulsado para la investigación astronómica. El proyeco AURA cuenta con un presupuesto de casi 590 millones de euros y ha sido financiado por el National Science Foundation de EE UU. También cuenta con aportación económica privada, como la de Charles Simony y Bill Gates, entre otros.

Este proyecto se suma a otros relacionados con el sector y llevados a cabo también por Asturfeito. La compañía avilesina construyó 25 antenas del radiotelescopio ALMAque funciona en el desierto de Atacama.