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La campaña electoral del 20-D comienza marcada por la previsión del CIS de la victoria del PP

La campaña electoral del 20-D comienza marcada por la previsión del CIS de la victoria del PP

Los partidos se preparan para dos semanas llenas de actos electorales, con la perspectiva de un parlamento fragmentado

josé l. gonzález / Ramón gorriarán

Viernes, 4 de diciembre 2015, 02:58

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Una campaña intensa. Eso es lo que se espera para las próximas dos semanas, en vista de los resultados de la encuesta electoral del Centro de Invetsigaciones Sociológicas para la cita del 20 de diciembre. Los partidos dieron anoche el pistoletazo de salida a quince días cargados de actos para tratar de convencer a los indecisos de que la suya es la mejor opción. En Asturias, sabedores de que las pequeñas diferencias serán las que marquen el destino de los ocho diputados y cuatro senadores que se juegan en la región, los partidos echarán el resto. Los líderes nacionales de los principales partidos tienen previstos actos en Asturias durante la quincena de campaña, dos semanas en las que Felipe González, Alfonso Guerra, Íñigo Errejón, Cayo Lara o Luis Garicano también pasarán por la región.

La campaña que da comienzo hoy con la tradicional pegada de carteles comienza mediatizada por la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas. Este sondeo señala que el Partido Popular, que acude a las elecciones del 20 de diciembre en coalición con Foro, ganaría en Asturias. La encuesta, publicada esta mañana, señala que los populares obtendrían tres diputados en la región. El PSOE se quedaría con dos y Ciudadanos, Podemos e IU uno. Al contrario que otras encuestas publicadas en las últimas semanas, el CIS incluye a IU entre los partidos que obtendrán un diputado en Asturias.

La situación respecto a las elecciones del año 2011 en la región es bastante diferente. La irrupción de dos nuevos partidos, Podemos y Ciudadanos, ha cambiado el tablero político en Asturias. Hace cuatro años el PP obtuvo tres diputados, los mismos que le otorga la encuesta del CIS. La diferencia es que ahora acude a los comicios del 20-D en una lista conjunta con Foro Asturias, una formación que en 2011 obtuvo un diputado. Por su parte, parte de los votos del PSOE se van a otras formaciones. Si en las pasadas elecciones eran tres los diputados obtenidos, en las presentes el número baja a dos. Izquiera Unida, en cambio, logra mantener su diputado por Asturias.

En el ámbito nacional, el PP volvería a ganar las elecciones del 20 de diciembre con entre 120 y 128 diputados en el Congreso. Un resultado que le obligaría a pactar con Ciudadanos para garantizar la investidura de Mariano Rajoy. El partido de Albert Rivera sería la tercera fuerza con entre 63 y 66 escaños.

El sondeo preelectoral del CIS señala que el PSOE sería el segundo partido más votado y sumaría entre 77 y 89 diputados, el peor resultado con gran diferencia de su historia reciente. Podemos ocuparía la cuarta plaza con de 23 a 27 diputados con su propia marca, a los que habría que sumar los siete que obtendría en la Comunidad Valenciana con su acuerdo con Compromís, los diez u once que alcanzaría en Cataluña en la coalición En Comú Podem, y los cinco o seis que arrancaría en Galicia con el pacto de En Marea. En total, el partido morado llegaría a los 45 o 49 representantes, aunque no todos los de las coaliciones se pueden considerar que son de Podemos propiamente dichos.

Estos números apuntan al Parlamento de España más fragmentado desde la restauración de la democracia. Habrá cuatro grandes bloques, y solo podrían formar grupo parlamentario Convergència, que con su candidatura Democràcia i Llibertat, sumaría nueve diputados, Esquerra llegaría a los seis, el PNV, cinco, y Bildu, de seis a siete. IU pasaría al grupo mixto con entre tres y cuatro representantes, al igual que Coalición Canaria con uno. Desaparecerían fuerzas históricas como los nacionalistas vascos de Geroa Bai, los gallegos del BNG. UPyD tampoco obtendría representación parlamentaria después de dos legislaturas en la carrera de San Jerónimo.

El PP, según el sondeo del CIS, perdería entre 58 y 66 diputados respecto a las elecciones de hace cuatro años. Pese a todo conservaría la condición de primera fuerza. Los populares debería pactar la investidura con Ciudadanos, ya sea con su foto a favor de Rajoy o con su abstención para posibilitar una mayoría simple, siempre que el PSOE y Podemos no pacten un candidato alternativo.

El retroceso socialista también alcanza dimensiones importantes al perder entre 21 y 23 diputados en relación a 2011, cuando obtuvo 110 escaños y pensó que no podía caer más bajo.

La irrupción de Ciudadanos es espectacular. Obtendría escaños en todas las circunscripciones, menos en Zamora, Palencia, Teruel, Ceuta, Melilla, Cáceres, Lugo, Orense, Cuenca, Navarra ni en las tres del País Vasco. Un resultado impensable para un partido con menos de un año de vida escasa nacional.

También Podemos entrará con vigor en el Congreso. Pero su implantación a nivel nacional es bastante más inferior que la de Ciudadanos. No obtendría ni un diputado en Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Ceuta y Melilla, y lograría solo uno en Asturias, Aragón, Canarias, Murcia y Navarra.

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