Sidrería Avenida

La avenida del Llano, eje de un barrio moderno y ordenado, atraviesa sobre un pasado de cobertizos y chabolas. A un lado de los amplios parterres, las terrazas se alinean y los vecinos esperan ojo avizor un sitio. El chigre que nos toca hoy añade a sus mesas techadas y a su barra y comedor airosos y acristalados, dos singularidades cada vez menores dentro de nuestro paisaje cotidiano: la lejana procedencia y la feliz coincidencia.

César, el chef, es paraguayo de la capital, asunceno que se dice, aprendió lo importante de su madre y de su abuela, cocineras sabias, y quería dedicarse al mundo de la política o la abogacía, pero decidió ser 'buena persona', venir a España, y elegir el mandilón, única salida que le va quedando a la Villa de Jovellanos. Capacidad demuestra en sus fabes, potes, chipirones con ibérico y cabrales, secreto con champiñones y afuega'l pitu, bacalao a la parrilla, arroces secos y melosos, chuletas y chuletones y demás etcéteras de nuestro acervo regional (cuánto tiempo sin usar la palabra acervo en este acerbo tiempo). Personalmente resalto sus falsamente modestos pescados de roca, jugosos y crujientes entre el justo rebozado, y su dominio de brasas y planchas, que los argentinos se llevan la fama y en vacuno refinado -aseguran infinidad de conocedores- los paraguayos únicamente se codean con los japoneses y presumen de criar un wagyu comparable. El de Oviedo resulta particularmente delicioso. Oviedo, Caaguazú, aclaremos, que los carbayones poseen ciudad homónima y apellido difundido: cosas de jesuitas y emigrantes que cambiaron el bollu preñáu por el choripán.

Wilkin, por su parte, nació y se crió en la República Dominicana donde estudió comercio, y saltó el charco buscando suerte. Eligió Asturias por tener aquí familia, y ahora la propia, y mientras trataba de convalidar sus titulaciones universitarias descubrió -¡qué cosas!- en el escanciado sidrero una de las bellas artes.

Y perseveró en dominarlo hasta el punto de alzarse, el pasado año, con el título de campeón mundial: un culete echado por él vale lo mismo aquí que en otro sitio. Y con sinceridad, no debería.

Ingredientes

- Lechuga

- tomate

- zanahoria

- cecina de León

- queso de cabra

- salsa de yogur

- crutones o curruscos

- yogur

- nata

- vinagre de manzana

–aceite de oliva y sal

Elaboración

1. En una ensaladera ponemos la lechuga cortada en tiras.

2. Añadimos en gajos el tomate.

3. La zanahoria rayada y la remolacha en rodajas vienen después y se agregan a partes iguales.

4. Por último distribuimos tiras de cecina sobre todo lo anterior dejándolo perfectamente ordenado.

5. Para la salsa de yogur, en un recipiente cóncavo adecuado depositamos un yogur natural.

6. Le sumamos la mitad de nata líquida, un chorro de vinagre de manzana, un chorro de aceite de oliva extravirgen y una pizca de sal.

7. Batimos y mezclamos hasta lograr que la salsa quede completamente homogénea y ligada.

8. Vertemos la salsa de yogur sobre la ensalada.

9. Justo entonces pasamos por la plancha unas rodajas de queso de cabra que colocamos encima de la salsa.

10. Y por último, antes de disfrutarla veraniega y refrescante, colocamos los crutones o curruscos recién fritos.

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