Restaurante Native

Unas vacaciones en Asturias les cambiaron la vida. Mientras regresaban a Perpignan, donde regentaban un restaurante, ya estaban barruntando que Lastres sería su siguiente destino. A pesar de su juventud, Constance y Damien han vivido en un montón de ciudades. Y dejan huella. Elaboran junto con un vecino irlandés diferentes cervezas cada mes y en sala dispensan un trato muy agradable.

La carta huye de los platos típicos asturianos para reflejar las inquietudes del cocinero. Comimos unas ostras con pil pil de manitas de cerdo que estaban muy buenas y unos espárragos trigueros con guisantes y almendras con buena mordida y con una leve nota ahumada bien integrada. El steak tartare, de carne mejorable, apareció con trozos irregulares y algunos demasiado grandes, con una salsa casera de jalapeños y café que estaba espectacular.

De postre, un merengue con manzana fantástico. La carta es muy corta, pero con cosas interesantes. Para beber, opciones muy chulas, muchas de ellas naturales. Mención aparte merece el pan, excelente. En definitiva, una opción diferente en el oriente asturiano que consigue una Y de Yantar en sus primeros meses.

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