Restaurante Sidrería Las Gaviotas
Chigre y terraza amplios, camping extenso, playa profunda, parques y arbolado; una buena concentración de bienestares recuperados
En el pasado fueron Marina y Román que, desafiando la dura posguerra y ejerciendo un trabajo honrado y constante, lograron transformar un modesto quiosco playero en el Hotel Casa Román.
¡Qué recuerdos liberadores y felices nos trae a quienes, acompañados por la familia, acudíamos a poner nuestras vista, oído y flotadores de pato sobre el oleaje de Santa María del Mar!
Sidrería Las Gaviotas
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DIRECCIÓN: Paseo Marítimo de Santa María del Mar (Castrillón)
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TELÉFONO: 985 51 90 69
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GERENTE: Laura Arias García
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ENCARGADA: María del Carmen Cotarelo Castro
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COCINA: Luisa, María del Carmen, Avelino
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APERTURA: del 15 de junio al 15 de septiembre todo el día;resto del año, fines de semana
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SIDRA: Fran
Por entonces el arenal, que un brazo de rocas parte en dos durante las pleamares, andaba despejado, y allí convivíamos felices neños de la Cuenca, de Avilés e -incluso- de Gijón, pues la asequible opción de la pensión completa daba descanso a nuestras agotadas madres sin perdernos los imprescindibles baños para vitaminarnos y crecer fuertes.
Marina, una de las fundadoras del Club de Guisanderas, nos resumía años ha, octogenaria y despejada, el periplo: «Creíamos en las posibilidades del lugar; veíamos crecer el número de veraneantes sin establecimiento alguno que les atendiera. Y decidimos abrir una humilde barra. Preparaba paellas, pescados, y todo tipo de cocina casera: el éxito logrado y el espíritu emprendedor de mi marido nos llevó a construir Casa Román, ahora felizmente continuada por mis hijos».
Continuada y puesta al día sin perder su esencia popular, ni su clasicismo familiar, ni sus brisas estimulantes a pie de playa.
No obstante, ahorrativos, que el futuro anda desdibujado, decidimos plantar temprano nuestra tienda impermeable y térmica vista la rara mezcla de borrascas frías y canículas en sucesión. Luego, chapuzón va, chapuzón viene, la lógica y salutífera fame resultante toca satisfacerla en la Sidrería Restaurante Las Gaviotas, allí mismo, punto de reunión y aplicada masticación de caravaneros, campistas, bañistas, excursionistas o, simplemente, amigos del comer saludable, abundante y módico.
El camping y su restaurante los creó Román hijo, empresario inquieto que muy joven imaginó, adquirió y creó tan amplio y completo escenario vacacional (junto con el cercano complejo hotelero Marqués de la Moral), y que Lara, la hija y nieta del Román júnior y del Román sénior, tras estudiar y ejercer Administración y Dirección de Empresas, conduce firme e identificada.
El edificio resalta sobre rulotes, cabañas y jaimas, y acoge chigre, tapería y comedor formal, aunque el el patio con panera y terrazas sobre pegollos añade su condimento ambiental al puntín de los guisos.
¿Qué guisos? De cocina lenta, parrilla con brasas y horno panadero. Y si bien la carta anda aún resumida por la pandemia y sus disfuncionalidades sociales, no faltan los varias veces premiados cachopos (ver receta), ni la competitiva fabada, ni las zamburiñas en ajada, ni las parrilladas con salsa romesco, ni los pulpos o los chipirones, ni los pescados diarios, ni -por ejemplo- una acompasada y competente ensalada de guacamole, queso de cabra, tomate mar azul, manzana y nueces.
Guardando precauciones, y a mascarilla quitada, uno cree seguir aún en el 2019, tan normal entonces, tan estimado hoy.
Cachopo de xata asturiana 'Premio'
Ingredientes
- filetes de xata asturiana
- rodajas de jamón ibérico de similar tamaño
- quesu gamonéu
- avellana molida
- compota de manzana
- harina panko
- aceite de oliva
- sal
Elaboración
1. Cortamos dos filetes finos y similares.
2. Sobre la cara superior de uno de ellos colocamos las tiras de jamón ibéroco dejándolo bien cubierto.
3. Hacemos lo mismo con el queso gamonéu, que repartimos sobre el jamón de manera proporcional, y la avellana molida.
4. Peladas y cocidas las manzanas con azúcar y unas gotas de limón hasta disponer de una compota densa y almibarada, añadimos la tercera capa tras el ibérco y el gamonéu.
5. Cerrado el cachopo con el filete superior, lo rebozamos en panko, rebozado japonés de harina de trigo que, a diferencia del pan rallado, posee forma de copos y forma una capa más gruesa pero suave, sutil, crujiente y apenas aceitosa.
6. Freímos el cachopo en abundante aceite caliente hasta que quede bien dorado.
7. Y a servir con patatas y ensalada.