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Viernes, 17 de agosto 2018, 13:47
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Esta semana la familia elegida por 'Lazos de sangre', el programa dedicado a las familias de más relevancia en España, fueron los Sánchez Vicario. Reconocidos en el mundo del tenis, durante años fueron un ejemplo de unidad familiar. Todo iba bien hasta que Arantxa comenzó una relación amorosa con Josep Santacana, alguien a quien sus padres no querían en la familia. Este fue el desencadenante de la serie de problemas que arrastraría más tarde la familia.
El programa de TVE comenzó a repasar la infancia y la juventud de los hermanos, unos niños a los que se les exigía mucho para llegar a lo más alto en el tenis español. Arantxa Sánchez Vicario vivó, desde pequeña, presionada por sus padres, los cuales habían visto el talento que tenía para jugar al tenis. Lo único que importaba, según el programa, era que Arantxa fuese una campeona.
Por eso, la extenista pasó toda su adolescencia en una escuela de tenis en Marbella, de donde llegó a fugarse en alguna ocasión. Además de su juventud «traumática», Arantxa nunca tuvo el control de su propia vida. Los temas económicos también se interpusieron entre Arantxa y su familia.
«Siempre he agradecido a mis padres su apoyo, pero han ejercido sobre mí un control y una protección que me han anulado en muchos momentos de mi vida», afirmó la extenista con la publicación de sus memorias. Su libro, en el que habló sin censuras, le sirvió como forma de liberarse de todo aquello durante años le había oprimido. Fue recomendado por su exmarido y creó más problemas en la familia.
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