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Un trabajador de DDR Vessels habla con uno de los tripulantes que trajo a El Musel la draga 'Dravo Costa Dorada'. Jesús Manuel Pardo JESÚS MANUEL PARDO
Gijón

Un barco del que se aprovecha hasta el último tornillo

El 'Dravo Costa Dorada' llega a las instalaciones de DDR Vessels en El Musel, donde será reciclado por completo en dos meses y medio

MARCO MENÉNDEZ

GIJÓN.

Viernes, 19 de febrero 2021, 01:01

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La 'Dravo Costa Dorada' es una draga con pabellón español, de 81 metros de eslora y 14 de manga, que la semana pasada estaba trabajando en Lisboa. Al mediodía de ayer llegó a El Musel, a las instalaciones de DDR Vessels, y en solo dos meses y medio no quedará de él ni un tornillo. Será descontaminado, desmontado y reciclado en su totalidad. Y todo ello con una imagen muy alejada de esos desguaces piratas de Turquía o Bangladesh. Las instalaciones gijonesas son las únicas de España y de las pocas de Europa que cumplen con las más estrictas exigencias comunitarias, que le permiten tratar buques de más de 500 toneladas. El objetivo es contribuir a la conservación y regeneración del medio marino.

El buque, construido en 1987, será completamente desmontado y reciclado para su venta en piezas. Se convertirá en el primero con bandera europea en ser desmantelado en España cumpliendo la exigente normativa europea, lo que supone un hito en el reciclaje naval.

Jesús Picatto, CEO de DDR Vessels, quiere dejar claro que para ellos «el barco aquí ya es un residuo, por eso nosotros somos gestores de residuos». Pues del buque se aprovecha todo, hasta el más mínimo elemento. «En el desmantelamiento aprovechamos muchas cosas, porque el espíritu de la ley es la reutilización». La empresa cuenta con una potente red comercial que le permite encontrar compradores para todos los componentes, desde los equipos electrónicos hasta los motores, pasando por las hélices, pescantes o grúas. Pero «el mayor aprovechamiento es el acero, porque supone el 90% del barco. Cada viaje de chatarra que sale de aquí lo hace como un traslado de residuo, porque lo es. Luego tenemos muchos metales, como cobre, bronce, aluminio o níquel». El acero acaba en las acerías españolas «para volver a hacer raíles o chapas. Esto es una economía circular», apunta.

Catorce operarios

Catorce personas durante dos meses y medio darán cuenta de esta draga y la empresa reconoce que «las navieras están concienciadas, aparte de que sea obligatorio». Además, es una cuestión de imagen y de hacer las cosas bien, porque «todos tenemos que estar comprometidos con el medio ambiente», reflexiona.

No es un trabajo fácil. Es necesario certificar todos los pasos de desmontaje del barco para asegurarse de que se cumple la normativa europea y la Capitanía Marítima está muy encima de todo el proceso. Pero merece la pena por preservar la biodiversidad.

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