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La iglesia del Corazón de María, abarrotada, para dar un último y sentido adiós a la joven Claudia. E. C.
El adiós de Claudia: un alegato contra el acoso

«Lástima que le cortaran las alas y la hicieran sentirse inferior para siempre»

La familia de la joven gijonesa la despide con la petición de que «nunca nadie la olvide». «Eres un ángel de luz que siempre nos guiará», dijo la madre de la joven que el viernes se quitó la vida tras denunciar haber sido víctima de acoso escolar

Martes, 2 de mayo 2023, 04:17

La iglesia parroquial del Corazón de María acogió ayer el funeral de Claudia González Álvarez, la joven gijonesa de 20 años que la semana pasada se quitó la vida en el cerro de Santa Catalina dejando una nota manuscrita en la que aseguraba haber sido víctima de acoso escolar en el colegio de la Asunción. A nadie le es ajeno ahora, por desgracia, el sufrimiento que la joven tuvo durante años. Como tampoco lo es el de su madre, su padre, su hermano, su novio, su familia y sus amigos, que eran muchos, y que todos ellos la intentaron ayudar en sus momentos más oscuros. Difícil les fue encontrar ayer aliento y consuelo durante la emotiva despedida. Dolor inmenso y amor eterno.

Claudia era una chica alegre, familiar y cariñosa. Talentosa con la pluma y el pincel, en el recuerdo de su familia y amigos estarán siempre las dedicatorias que la joven les hacía llegar: cartas sensibles, especiales y llenas de sentimiento. Llenas del amor que Claudia siempre ofrecía a quienes la querían. A quienes la quieren. Una joven siempre entregada a ayudar a los demás y a que su gente se sintiera querida. Todos la adoraban e intentaban proteger. «Fue una campeona que luchó con todas sus fuerzas para salir de la depresión que sufría desde hacía años», dijo su madre al término de la ceremonia.

A la izquierda, una imagen reciente de Claudia. A la derecha, el último cuadro que pintó y que acabó hace escasos días.
Imagen secundaria 1 - A la izquierda, una imagen reciente de Claudia. A la derecha, el último cuadro que pintó y que acabó hace escasos días.
Imagen secundaria 2 - A la izquierda, una imagen reciente de Claudia. A la derecha, el último cuadro que pintó y que acabó hace escasos días.

El acoso escolar que Claudia denunció antes de irse lo confirmó su madre en un emocionante discurso: «Lástima que en su corta edad, cuando su personalidad se estaba formando, un grupo de gente malintencionada, que, por supuesto, no se encuentra dentro de todo este maravilloso y cariñoso grupo que estáis aquí acompañándola, le cortara las alas para seguir siendo ella misma, y le anularan por completo su autoestima y su autoconfianza. Le hicieron sentirse inferior para siempre. El acoso no la dejó disfrutar de lo maravillosa que era, y no le permitió convertirse en la espectacular mujer que podría haber sido», apuntó su madre, quien definió a su hija como «la mejor hija del mundo, mi confidente, mi amiga».

«La mejor familia del mundo»

Claudia protegía a su padre, se dejaba mimar por su hermano, pintaba con su abuelo, jugaba con sus primos pequeños y adoraba a su perra 'Danita'. Su novio Javier -dijo su madre- «le hizo pasar sus últimos días ilusionada y feliz». Su pareja tocó en la ceremonia dos piezas musicales con violín para homenajearla. Claudia repetía asiduamente, y sin rubor alguno, que tenía «la mejor familia del mundo».

El empeño de su familia pasa ahora por que «nunca nadie la olvide». No lo harán ellos, como no lo hará su médico Eduardo, quien «la devolvió a la vida en sus momentos más duros», tampoco su «admirado» Sensei y sus amigos del Ninjitsu, ese arte marcial que le devolvió la felicidad.

«Ahí estaba yo otra vez, esta noche. Forzando risas, fingiendo sonrisas. El mismo solitario y viejo lugar. Las paredes sin sinceridad. Los intercambios de miradas y la soledad se desvanecieron cuando vi tu rostro. Todo lo que puedo decir es que fue encantador conocerte», dice la canción que sus amigas pusieron en el funeral. Forzando risas, fingiendo sonrisas.

Investigación abierta

Pasado el puente de mayo se espera que el Principado inicie la investigación pertinente para esclarecer las circunstancias que rodean el suicidio de Claudia. También para saber si la dirección del centro, que la entonces menor de edad abandonó en 2017, actuó según lo recogido en una protocolo «básico y preceptivo». La Policía ya ha abierto las investigaciones pertinentes. Nadie por el momento ha prestado declaración en la Comisaría.

El suicidio de Claudia tras denunciar ser víctima de acoso escolar obliga al Principado a reformular las herramientas de detección y atajo de los problemas de acoso. Es un anuncio que hizo Adrián Barbón, presidente del Principado, el día después del trágico suceso.

La carta íntegra de la madre de Claudia González Álvarez

Me gustaría decir unas palabras para que todos podamos despedir a mi hija como se merece, como una autentica campeona que luchó con todas sus fuerzas para salir de la depresión que sufría desde hacía muchos años.

Yo no sé escribir tan bien como ella lo hacía, esas bonitas dedicatorias que daba a sus personas queridas con tanto sentimiento, porque ella era una persona con una sensibilidad especial y con dones artísticos para la escritura y la pintura que casi todos conocéis.

Todos los que aquí estamos la adorábamos. Su familia, de la cual ella se sentía tan orgullosa. Para mí, la mejor hija del mundo, mi hija, mi confidente y mi amiga. Su papá, al que a ella le gustaba proteger. Su súper hermano que tanto la cuidaba; quería pintar tan bien como el abuelo Ico. Le encantaba jugar con sus primitos y su adorada perrita Danita. Sus titos y titas, sus otros Titos y Titas… y las súper madrinas. Y su querida abuela Cova, y cómo no, Gloria, a la que también adoraba. Hacer las excursiones a la playa conmigo, con su perrita y con Javier. Ella decía que era la mejor familia del mundo, una gran y unida familia que la adoraba.

Su maravilloso novio Javi, con el que pasó sus últimos días tan ilusionada y feliz. Por supuesto sus adorados y maravillosos amigos —Pablo, Alba, Cristina, Valeria…, y tantos que no puedo enumerar porque estaría dos horas hablando— que tanto la ayudaron hasta el último momento, en el que ninguno llegamos a tiempo.

Y qué voy a decir de sus compañeros del Dojo. Vuestra Yumi para siempre. Allí encontró otra maravillosa familia, donde ella se esmeraba y lo daba todo. Llegó allí de la mano de una persona muy importante que le devolvió a la vida en algunos de sus momentos más duros: su querido médico Eduardo, mucho más que un medico, una gran PERSONA con mayúsculas. Y allí con su admirado Sensei con Megumi, Diego y todos los demás compañeros de Ninjitsu —que me perdonáis, pero no recuerdo el nombre de todos—. Cada vez que volvía machacada de la lucha volvía feliz... había encontrado algo en lo que se sentía realizada.

Todos nosotros sabemos la gran persona que era, siempre pensando antes en los demás que en ella misma, cariñosa, alegre, servicial…, y como uno que está aquí me dijo, siempre recogiendo por el mundo gatitos heridos en su afán de ayudar a la gente.

Lástima que en su corta edad, cuando su personalidad se estaba formando, un grupo de gente malintencionada, que por supuesto no se encuentran dentro de todo este maravilloso y cariñoso grupo que estáis aquí acompañándola, le cortara las alas para seguir siendo ella misma, y le anularan por completo su autoestima y su autoconfianza, y la hicieran sentirse inferior para siempre. Algo que no la dejó disfrutar de lo maravillosa que era, y no le permitió convertirse en la espectacular mujer que podría haber sido, tanto por sus aptitudes como por sus sentimientos.

Aquí nos deja unos maravillosos recuerdos de 20 años compartiendo con ella, una hija muy deseada y muy querida y a la cual llevaremos en nuestro corazón siempre, y de la cual su madre su padre y su hermano nunca van a permitir que nadie la olvide.

Como no se cansaron ayer de decir tus amigos, Claudia, eres un ángel de luz que nos guiarás para siempre. Te querremos siempre, cariño.

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