La colección de Nicanor Piñole tendrá a su disposición en su futura ubicación junto a la antigua fábrica de tabacos de Cimavilla 490, ... 98 metros cuadrados para usos expositivos, distribuidos en ocho salas que se situarán en la segunda planta de un edificio de nueva construcción colindante con la calle María Bandujo. Contará con accesos independientes a los del Centro de Arte Tabacalera de Gijón, será completamente accesible y no compartirá inmueble con otra muestra plástica, pues las plantas que tendrá debajo están concebidas como un espacio administrativo –con despachos, oficinas y salas de reuniones «relacionadas con la actividad del museo» y para servicios municipales vinculados a la cultura–, a lo que se suma un salón de actos con capacidad para 400 personas.
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La junta de gobierno prevé aprobar mañana los pliegos para licitar las obras de un conjunto cultural del que formarán parte por un lado el edificio histórico de Tabacalera –con sus dos plantas superiores dedicadas a la exposición de colecciones artísticas, la planta baja a mostrar la historia de Gijón y los restos arqueológicos descubiertos en la zona y la antigua iglesia abierta a todo tipo de propuestas culturales– y por otro dos de nueva construcción de los que estará separado por una plaza-vestíbulo que también servirá de conexión entre Cimavilla y el Cerro, uniendo la calle María Bandujo con la de Emilio Muñiz 'El Negro'. La inversión alcanzará los 21,4 millones de euros, de los que un 41% corresponde a las nuevas edificaciones, el 26,5% a la remodelación del antiguo convento y el 30% a las instalaciones comunes (fontanería, saneamiento, electricidad, climatización, protección contra incendios...).
El plazo de ejecución son 42 meses y el cronograma adjunto al proyecto contempla que los trabajos en las edificaciones de nueva planta se prolonguen hasta el mes 41 de obra –la estructura llevaría hasta el décimo mes, las cubiertas tres meses más y la distribución interior otros diez, tras lo que aún quedaría la impermeabilización, revestimientos, carpintería, pintura...–. No obstante, el gobierno municipal mantiene que «una de las cuestiones que se ponderará en las ofertas que se reciban es la calendarización de la obra y el detalle de las fases», con el objetivo de dar prioridad a la construcción de la futura sede del Museo Piñole. El portavoz municipal, Jesús Martínez Salvador, manifestó de hecho esta semana la intención de que pueda estar listo ya en 2027.
Cafetería y servicios culturales
El edificio, que llevará el nombre del pintor gijonés, tendrá un acceso desde la calle María Bandujo, a través de la plaza de nueva creación que compartirá con Tabacalera y en la que habrá un gran vestíbulo que también servirá de entrada al salón de actos del sótano. Una planta por encima el inmueble se divide en dos volúmenes diferenciados: una cafetería con restaurante en la zona colindante con el Cerro y, junto a María Bandujo, el bloque de las oficinas de Cultura y el museo. Estas dos piezas quedarán separadas por una vía peatonal que entrará desde Escultor Sebastián Miranda y desde las que ambas tendrán acceso.
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La segunda planta del Edificio Nicanor Piñole tendrá 552 metros útiles (686 construidos), de los que 490 corresponden a las salas expositivas y 22 a almacén. Si se suman los vestíbulos y tanto las escaleras como al ascensor que llegan desde la planta baja hasta la colección, la superficie útil llega a los 628 metros cuadrados y la construida a 800.
Un acuerdo de 2008
A mayo de 2008 se remonta la reunión de la Comisión del Museo Nicanor Piñole en la que la entonces alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, planteó la propuesta del Ayuntamiento para trasladar este equipamiento «al solar anexo al convento de las madres agustinas». La colección iría en concreto «a un edificio de nueva planta que sería construid en uno de los solares recuperados tras la demolición de los edificios auxiliares de la antigua fábrica de tabacos». Y se argumentaba ya en ese momento «la conveniencia de vincular este museo monográfico a la oferta cultural de la ciudad, al casco histórico del barrio de Cimavilla y muy especialmente al futuro Museo de Gijón». La totalidad de los asistentes a esa reunión «valoraron positivamente los beneficios que aportará la nueva ubicación» y acordaron por unanimidad el traslado del legado del pintor a «una construcción de nueva planta , manteniendo su carácter de museo monográfico».
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Encima de la mesa se puso «un análisis comparativo de las cifras de visitantes de los últimos años, que evidencian una significativ menor afluencia de público al Museo Nicanor Piñole en comparación con otros centros museísticos de la red municipal», una situación a la que «contribuye la ubicación del museo en un área urbana que queda al margen de los circuitos turísticos de la ciudad, localizados en el barrio de Cimavilla y en las proximidades del puerto y de la playa». Además, su emplazamiento actual en el antiguo Asilo Pola «carece de zona de acceso y estacionamiento para autobuses, lo que limita el incremento de las visitas de escolares, así como de los grupos de adultos que realizan viajes culturales organizados. Por otra parte, se señalaba ya en ese momento que el edificio «no cumple con la normativa vigente de accesibilidad arquitectónica al carecer de ascensores y contar con un sistema de escaleras y una distribución de los espacios públicos que limitan el acceso de muchos discapacitados».
El traslado a Cimavilla, defendía la comisión, «permitirá solventar estos problemas y poner en relación la colección del museo con el resto del patrimonio artístico municipal y el conjunto histórico de Cimavilla, lo que favorecerá la captación de nuevos públicos.
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