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Silvia A. M., junto a su compañero sentimental. E. C.

Crimen del bebé de Nuevo Roces | La madre del bebé asesinado y tirado a la basura en Gijón implica ahora a su novio

El recién nacido fue apuñalado con ensañamiento con un cuchillo de cocina poco después de nacer

OLAYA SUÁREZ

GIJÓN.

Viernes, 11 de octubre 2019, 02:34

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El bebé asesinado en Nuevo Roces murió por las numerosas heridas infligidas con un cuchillo de cocina. Los cortes, profundos y realizados con un ensañamiento inusitado, le afectaron a los órganos vitales, lo que le provocó la muerte de forma casi inmediata. Falleció a los pocos minutos de ser alumbrado. Los laboratorios centrales de la Policía Nacional cuentan ya en su poder con varios cuchillos recogidos durante el registro que los policías realizaron tras la detención de la pareja en la vivienda de la calle de Jenaro Suárez Prendes ubicada justo frente al contenedor en donde fue hallado el cadáver del niño la madrugada del 2 de agosto.

La jueza ha levantado el secreto de sumario de uno de los casos más complejos de los acaecidos en la historia reciente de la ciudad y para el que aún quedan aristas que perfilar, como por ejemplo, el papel del compañero sentimental de Silvia A. M., la madre biológica del neonato asesinado. Si en la primera declaración realizada tras el arresto el 21 de septiembre eximía de toda responsabilidad a su novio, en una segunda comparecencia realizada de forma voluntaria esta misma semana, cambiaba el sentido del relato para implicar a su pareja, con la que convivía desde hacía años.

Ella permanece en el centro penitenciario de Asturias en prisión preventiva mientras su novio está en libertad con cargos y continúa con la obligación de acudir a firmar al juzgado cada día como medida para evitar una posible fuga de Gijón.

Silvia A. M. reconoció ante la Policía y ante la jueza que había ocultado a su entorno el embarazo y que había dado a luz sola en casa, sin asistencia sanitaria durante la gestación y durante el parto. Sin embargo, no reconoce haber asesinado a su propio hijo y arrojarlo a un contenedor de basura delante de su casa. En su primer relato aseguraba que su compañero sentimental desconocía que ella estuviera embarazada, si bien ahora, tras dos semanas interna en prisión, cambia su versión sobre lo ocurrido para incluir a su novio en el relato. Él conocía que estaba esperando un hijo y participó en los hechos, según la mujer.

Misma situación procesal

No obstante, el joven continúa en la misma situación procesal y hasta el momento no hay pruebas que lo incriminen directamente. Él mantiene su inocencia y reitera que no sabía que su compañera sentimental, con la que convivía, estaba embarazada. Es más, muestra sus dudas sobre su paternidad.

Serán la pruebas de ADN las que determinen si el bebé hallado muerto dentro de un contenedor, en el interior de una mochila y con el cordón umbilical aún colgando, es hijo suyo. Los investigadores trabajan con la hipótesis de que el hijo es suyo.

Según ha podido saber EL COMERCIO, tras su detención y cuando le enseñaron las fotografías del cadáver del bebé, se mostró frío y aparentemente impasible pese a la crudeza de las imágenes y a lo espeluznante del episodio violento que tuvo como víctima a un recién nacido. No se descarta que la jueza que instruye el procedimiento judicial pida de nuevo que vuelva a declarar para contrastar el contenido del reciente testimonio de su compañera sentimental.

Las arduas investigaciones realizadas por la Unidad de Delincuencia y Especializada (UDEV), en colaboración con los agentes de la Brigada de la Policía Científica, llevaron a los agentes a analizar cientos de horas de cámaras de seguridad del barrio, toneladas de basura de los días previos y posteriores al crimen y a efectuar decenas de interrogatorios a los vecinos. Finalmente, y tras un callado y minucioso trabajo, consiguieron llegar hasta los sospechosos, una pareja residente en el edificio justo frente a donde fue arrojado el cadáver. Una pareja joven e integrada en la comunidad, con trabajo estable y piso propio que había pasado completamente inadvertida. Silvia A. M. incluso estaba presente el día que la comunidad supo del macabro hallazgo y varios de los moradores estaban en el portal comentando lo atroz de lo ocurrido. Desconocían incluso que ella había estado embarazada. «Es una persona muy reservada y callada, pero jamás pensamos que pudiera hacer esto», repiten.

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