Las damas de la Cruz Roja
Innumerables actos e iniciativas por el comité local de la entidad se vinieron desarrollando desde 1921 a favor de los soldados en África
La solidaridad en Gijón tenía dos nombres: 'Paz y Caridad', por un lado, entidad que encontraba cobijo periodístico en 'El Noroeste' y la Cruz Roja, ... con más acomodo en las páginas de EL COMERCIO. No difícil, pero sí largo, sería hablar aquí del motivo social y político de esas preferencias. Lo que importa es que hace cien años hoy el balance de las acciones de las juntas locales de damas y caballeros de la segunda institución no podía ser más positivo. Desde que llegasen a Asturias las dramáticas noticias del Desastre de Annual, especialmente la sección de señoras de la Cruz Roja se había volcado en organizar campañas en favor de los soldados en el Rif.
Recordó Asteroides en segunda plana del periódico que «primero fue la patriótica función del Dindurra este verano, que con el gran festival de Regatas constituyó la nota más hermosa y saliente de la campaña en favor de los soldados». A estos, con la recaudación de las funciones, se les compraban obsequios a la hora de partir a la guerra o, como en el caso de Gijón, grandes remesas de camisetas. «Más tarde fue la suscripción para adquirir colchonetas con destino a nuestro batallón expedicionario, obra a la que prestaron su valiosa ayuda y cooperación los elementos de la Junta de Caballeros, y, finalmente, ahora prosiguen su labor esas beneméritas damas, enviando a los soldados gijoneses de familias pobres equipos completos compuestos de mudas de ropa interior de abrigo, calcetines, un jersey y tabaco o una pequeña cantidad en metálico, en su defecto».
A los obsequios antedichos se acompañaba siempre «una carta concebida en expresivos y patrióticos términos en que la presidenta de la Cruz Roja alienta a los soldados en el cumplimiento de su deber». Las réplicas, cuando las había, llegaban a casa de Olvido Sánchez, encargada de todo el tinglado a la sazón. No todo era, empero, ropa o palabras bonitas: la Cruz Roja también llegaría a enviar «varios toneles y partidas de sidra a algunas de las unidades que forman en la antigua columna del general Sanjurjo», formada por soldados asturianos que, a buen seguro, quedarían... más que agradecidos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión