El dueño del narcopiso de la calle Cabrales, en Gijón, a juicio por apuñalar a un hombre y retener a otro
La Fiscalía solicita para J. M. A. penas que suman seis años y dos meses de prisión por dos incidentes ocurridos en un intervalo de semanas
J. M. A., el propietario del narcopiso de la calle Cabrales que en los últimos años ha sido escenario de numerosos conflictos e intervenciones policiales afronta seis años y dos meses de cárcel por sendos sucesos ocurridos en la vivienda en marzo de 2024. Por el primero, la Fiscalía le pide una condena de cuatro años de cárcel por atacar con un cuchillo a otro hombre. Ese otro individuo también está acusado en el mismo procedimiento y la acusación pública solicita la misma pena, cuatro años de cárcel.
Ambos se encontraban en el piso cuando iniciaron una discusión que acabó en una pelea con cuchillos y armas blancas. Sufrieron lesiones cortantes y precisaron asistencia sanitaria.
Apenas unas semanas después de ese incidente, J. M. A. volvió a ser detenido junto a otro hombre por encerrar a un tercero en la vivienda y amenazarle con un cuchillo para que le entregase dinero. La víctima consiguió salir a la ventana y pedir auxilio. Llegó incluso a hacer ademán de descolgarse por la fachada para huir de sus agresores. La expectación en la calle fue máxima y cuando el dueño del narcopiso y el otro individuo se percataron de que llegaba la Policía salieron corriendo de la vivienda, si bien fueron interceptados cerca. En el cacheo se les ocuparon tres cuchillos y unas tijeras. Por este segundo incidente, J. M. A. se enfrenta a una condena de dos años y dos meses de cárcel, a lo que se suma una orden de alejamiento y comunicación con la víctima.
En 2023 resultó herido de gravedad tras ser apuñalado por su propio hermano en el piso de la calle Cabrales, una vivienda en la que vivían con sus padres y que en la actualidad se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los vecinos. J. M. A. cumplió quince años de cárcel por matar en 2003 a la que fuera su novia, Sonia Reinaldo, en una pensión de la calle Magnus Blikstad.