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Los efectos del apagón siguen coleando, también en los colegios. La falta de suministro eléctrico afectó el lunes tanto a la cadena de frío que siguen los menús escolares como al recalentamiento necesario para servirlos. No obstante la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Fapa) Miguel Virgós de Gijón calificó de «inaceptable» que el incidente vaya a seguir afectando a la comida que se sirve en los comedores aún 48 horas después. Lo hizo tras conocer que la previsión para este miércoles era servir «un bocadillo de fiambre o queso» junto a una pieza de fruta y un yogur ecológico. «Desde la Fapa Miguel Virgós valoramos muy positivamente que se haya priorizado la seguridad alimentaria, pero consideramos que la propuesta de un bocadillo como único plato principal para el miércoles no es aceptable, especialmente en el contexto de un comedor escolar, donde los menús deben ser nutricionalmente equilibrados, adecuados y dignos», señaló la federación en un comunicado. Tras su protesta, no obstante, la empresa responsable de este servicio les trasladó que "añadirán un plato de cocido madrileño".
La Fapa argumentó que «las familias hacen un esfuerzo económico para costear este servicio, que no puede ser sustituido sin más por un alimento de urgencia que no responde a los estándares mínimos exigibles». Y si bien aseguran «entender las dificultades para servir el menú ordinario el día del apagón, que dos días después no pueda ofrecerse un menú caliente denota la falta de protocolos para abordar una situación de desabastecimiento como la vivida». Lamentan el modelo que funciona en los colegios gijoneses, basado en platos preparados fuera de la región. «Es evidente que la distancia de más de 300 kilómetros entre las cocinas centrales y los centros escolares limita gravemente la capacidad de respuesta ante situaciones como la vivida, lo que debería llevar a replantear el modelo de gestión del comedor escolar, tal y como llevamos demandando las familias desde hace años». En este sentido, y «para evitar que esta situación vuelva a repetirse», reclaman «una revisión urgente del plan de contingencias para la gestión de situaciones excepcionales que recoge el pliego de la licitación y en el que Serunión ofreció usar la cocina del Hospital Monte Naranco».
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