Golpe al contrabando
Casi mil cajas cargadas con cartones de tabaco ilegal fueron halladas en una lancha panameña en aguas próximas a Tazones
Viernes, 23 de septiembre 2022, 00:12
Más de 14 millones de pesetas. Ese era el valor de todo el cargamento ilegal que llevaba la lancha rápida de matrícula panameña 'Iorana', conducida estos días hace medio siglo a El Musel, en plena madrugada, desde aguas próximas a Tazones, donde había sido apresada. Ni más ni menos que 930 cajas de tabaco rubio, «de diferentes marcas inglesas y americanas», cada una de ellas con 50 cartones dentro. «El 'Iorana', con una tripulación de cinco personas, más otro hombre vecino de Luanco que no venía enrolado, había salido de Kenitra (Marruecos) hace aproximadamente quince días», contamos. Planeaban desembarcar en las inmediaciones de Gijón.
Por qué no lo hizo no se pudo saber. Tal vez por cuestiones de vigilancia, el caso es que el 'Iorana' había decidido «permanecer en alta mar hasta la madrugada del sábado al domingo en que pensaban realizar la descarga». Pero la avistaron en la medianoche, tres millas al Norte de Gijón. «Inmediatamente se le dio el alto; lejos de responder inició una rápida huida. A toda máquina se inició la persecución, efectuándose por parte del 'Sangual'», el patrullero del Servicio Especial de Vigilancia Fiscal (SEVF), «varios disparos al aire. Tampoco esto fue tenido en cuenta por la tripulación del 'Iorana', que navegaba a toda máquina, al parecer con intención de dirigirse a una playa o acantilado de las inmediaciones de Tazones o Lastres, donde se cree que pensaban embarrancar la lancha y luego huir los tripulantes abandonando la mercancía».
Como la 'Iorana' no desistía en sus intentos de huida, hubo que abordarla de modo «violentísimo, por estribor del buque pirata». Dos marineros del 'Sangual' resultaron heridos, uno por una lesión casual y otro con cortaduras en una mano «al romper el cristal de una puerta». Pero todo salió bien, salvo para los tripulantes de la 'Iorana', a los que no quedó otra más que resignarse a ser detenidos. Así acabó la aventura de una lancha ya decrépita, pintada de azul claro para evitar ser vista, y en la cual se apilaban cajas y cajas de tabaco 'Craven', 'Winston', 'Marlboro', 'Chester' y más. Quien juega con fuego... se acaba quemando.
