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La imparable marea rosa invade Gijón
XXI Carrera de la Mujer. Más de 5.000 corredoras tiñeron de rosa y esperanza la ciudad en una marcha contra el cáncer de mama y el fomento del deporte femenino
Tocó ponerse la camiseta rosa y atarse bien las deportivas porque este domingo Gijón tenía una cita a la que nunca falta y con la que siempre se vuelca. «No falla nadie y cada año vienen más personas», comentó la alcaldesa, Carmen Moriyón antes de dar el pistoletazo de salida a la Carrera de la Mujer - Central Lechera Asturiana, que celebró su XXI edición. Algunas competían, otras se animaban por primera vez y llevaban meses entrenando. «El año pasado me quedé con las ganas porque tenía un tobillo mal, pero esta vez tenía claro que no me la iba a perder. No haré un buen tiempo, pero la acabaré», comentó Marisa Rozada a EL COMERCIO. Algunas simplemente iban a andar, «pero lo más importante es colaborar con la causa. Nadie está libre de tener cáncer. Tengo 91 años y mi hija murió de ello hace tres años. Por ella y por las que lo pasan lo hago», expresó mirando al cielo Elena Rodríguez. «Estoy segura, como médica, que algún día venceremos al cáncer de mama, pero hasta entonces hay que impulsar todas las iniciativas posibles y recaudar fondos para la investigación, por eso estamos aquí y nunca dejaremos de estar», expresó Carmen Moriyón, quien junto al concejal de Deportes, Jorge Pañeda, y las más de 5.000 corredoras vitorearon y aplaudieron a la remera olímpica Verónica Rodríguez Pulido.
Una muñeca astronauta
La atleta relató su participación en los Juegos Paralímpicos de Tokio y París y cómo recientemente ha comenzado a practicar ciclismo porque cree que puede «lograr aún mejores resultados. Tengo claro que cada día hay que luchar y soñar porque es la única manera de seguir vivas y de lograr nuestros retos bien sea deportivos o, por desgracia, de salir adelante con una enfermedad», dijo Rodríguez, quien, muy emocionada, lució con orgullo el broche de la muñeca astronauta, profesión a la que va dedicada este año la labor social 'Más que una Muñeca' desarrollado por mujeres víctimas de explotación social en un taller laboral. Es una más de las causas que visibiliza la espectacular marea rosa. Otra es fomentar el deporte femenino. «Porque es muy importante que desde pequeñas contemos con referentes de mujeres deportistas», expresó la surfista profesional gijonesa Lucía Martiño, que participó en la carrera con varias amigas.

También en grupo la edil de IU Noelia Ordieres animó a colaborar «como se pueda. Aquí lo importante no es ganar, es sumar esfuerzos y recaudación para salvar vidas», subrayó. En la carrera participaron de la mano niñas desde los 8 años hasta al menos tres mujeres ¡de 100 años! Llamaron mucho la atención numerosos bebés que o bien en carrito o en brazos de sus madres ya lucían con orgullo el color rosa en sus camisetas. «Y niños, cada año hay más niños. Por eso aquí está Sergio, que ha venido a correr por las mujeres. Concienciarlos desde pequeños en estas causas es fundamental», destacó su madre, Sara.
La carrera arrancó a las diez de la mañana y el recorrido constó de 5 kilómetros, desde la avenida Albert Einstein y hasta el Hípico de Las Mestas. No fue complicado, pero temperaturas en torno a los veinte grados hicieron que los sanitarios intervinieran en varias ocasiones. Nada grave: dos golpes de calor y una pequeña luxación de rodilla. No fue motivo de apagar la fiesta. Solo había comenzado.
«Lo conseguimos chicas»
Las sonrisas y los abrazos al entrar en meta fueron la constante. «Lo conseguimos chicas», gritaron juntas mientras se abrazaban el equipo de 'liebres', las corredoras de Oysho que animaron aún más, si se podía, la marcha. «Nadie se queda atrás, aquí estamos para apoyarnos. Esta carrera significa eso. Nos tendemos la mano unas o otras», esgrimieron muy orgullosas de su labor.
La primera corredora en cruzar la cinta y por tanto ganadora fue la atleta madrileña Esther Ramos, parando el crono en 19 minutos y 28 segundos. Le siguieron María García e Irene Riveros. Y aunque en esta carrera todas las participantes son ganadoras por el simple hecho de finalizar la prueba, el esfuerzo de las cinco corredoras más rápidas se vio reconocido con una subida al podio y la recogida de sus merecidos galardones entre aplausos de las asistentes. No finalizó la fiesta rosa aquí, la gente tenía ganas de más. Tras pasar por el avituallamiento para beber agua y comer una deliciosa manzana asturiana así como tomar un buen café y ponerse a los hombros la mochila azul de Central Lechera Asturiana visitaron los stands solidarios para colaborar con la Asociación Galbán contra el cáncer infantil, o la asociación Corazones solidarios que cosen cojines terapéuticos en forma de corazón que entregan a las mujeres que se someten a una intervención quirúrgica para extirpar el tumor. Tras reponer fuerzas, las corredoras se divirtieron participando en un festival de fitness y aerobic, en unas clases de zumba y hasta practicando body combant. Como dice una de las frases más repetidas por la Federación Española de Cáncer de Mama, «el cáncer no te debe paralizar jamás. Lucha siempre».
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