Mármol y retazos azules para marcar el recorrido de la Feria de Muestras en sus cien años
El artista japonés Tadanori Yamaguchi está detrás del cartel de la 67 edición. Por primera vez la pieza original es una escultura en tres volúmenes
Cada año se reparten miles y miles de mapas del recinto ferial a los visitantes que deciden acudir la Feria de Muestras. Pero seguramente, nunca se ha visto un trazado que marque el recorrido como el que este año representa el cartel de la 67 edición de la FIDMA. Se trata de la obra 'LINE' del artista japonés –afincado en Asturias desde hace 25 años– Tadanori Yamaguchi.
En la obra, que está hecha de mármol de Macael, Yamaguchi ha querido trasladar el mapa del recinto a la piedra. En los bordes de la misma, hechos de resina epoxi, el mármol evoca un color azulado con la que el escultor representa el mar, el cielo y el río, dada la ubicación del recinto.
De forma excepcional en la historia de la Feria, la obra original es una escultura en tres volúmenes en lugar de obra plana. Lo que se debe a la conmemoración del centenario de la celebración de la primera Feria en 1924. Con estos volúmenes, creados a partir de superponer las piezas de mármol, Yamaguchi quiso representar el paso de los años de la Feria y como tras muchas ediciones se consigue una consistencia, volumen y rotundidad. Con su obra, el autor expresa el deseo de que la FIDMA «siga creciendo y mejorando».
Aunque de origen japonés, el escultor lleva afincado en Asturias desde hace más de 25 años en el concejo de Pravia. Durante todos estos años, el artista ha visitado la feria, aunque no todos «por motivos de agenda», justifica. Pero aún así la conoce de primera mano. «Es un recinto que tiene de todo: desde coches a comida. La gente viene y disfruta. Para Asturias es algo muy bueno».
Por eso, cuando a Yamaguchi le ofrecieron realizar el cartel de este año lo pensó «muy poco», la respuesta estaba clara; un sí rotundo. Saber que su obra se pondrá en todo tipo de plataformas y cartelería de la ciudad le hace especial ilusión: «Estoy muy contento y muy satisfecho, sé que va a ser una obra que se va a visualizar mucho». Este año hará la visita al recinto sí o sí y, por supuesto, comerá «un bocadillo de calamares», ríe.
El escultor japonés, Licenciado en Arte y Diseño por la Universidad de Kyoto (Japón), llegó al Principado a través de una Beca del Ministerio de Asuntos Exteriores en 1997 y desde entonces ha desarrollado una extensa e intensa labor creativa que ha mostrado en diferentes exposiciones individuales como este mismo año en el Museo de Bellas Artes de Asturias.
Su gran capacidad artística e integración en Asturias le han llevado a participar como miembro del jurado del Premio Princesa de Asturias de las Artes. De igual forma, su obra ha sido reconocida con el XLIII Certamen Nacional de Arte de Luarca (2012) y con el primer premio en el IX Certamen Nacional de Pintura Casimiro Baragaña (2013). También ha realizado exposiciones el Londres, Japón o Lisboa.
