«Las obras de Tabacalera se iniciarán en abril y en diciembre de 2027 nos entregarán ya el nuevo Piñole»

Inmediatamente después que la junta de gobierno aprobara los pliegos, las condiciones de la obra se publicaron en la plataforma de contratación y se abrió un plazo de un mes –hasta el 6 de octubre– para que las empresas interesadas en hacerse con este contrato presenten sus ofertas. El concejal de Infraestructuras, Gilberto Villoria, confió en tener adjudicadas las obras en marzo de 2026 para que los trabajos puedan arrancar tan solo un mes después, en abril de 2026. El plazo de ejecución alcanza los 42 meses, «pero la obra irá por fases y esperamos que los primeros espacios puedan abrirse al público en 2027». Serían en concreto los correspondientes al nuevo Museo Piñole, un equipamiento que Villoria prevé que esté listo concretamente en diciembre de ese año. El resto del complejo «se entregará en octubre de 2029».

Moriyón destacó que «no hace mucho, Gijón parecía relegada a ser una ciudad de segunda y desde ciertos sectores se veía esta licitación como imposible, pero hoy lo hemos conseguido». E hizo un repaso histórico por las vicisitudes de un proyecto que se remonta a antes de su primera llegada a la Alcaldía, haciendo hincapié en «dos decisiones clave que Foro tomó durante su primer mandato». Una fue dividir la actuación en fases, centrando la primera de ellas en la consolidación «de un edificio que se estaba cayendo y había que salvar». Y la otra, aprovechar «unos ingresos que nos llegaban de Europa» para licitar en 2015 unas obras que se prolongaron hasta el año 2020 y que ahora permiten intervenir en su interior.

Añadió que en los últimos dos años, desde su regreso a la Alcaldía, «hemos estado trabajando contra el reloj para rehacer el proyecto que nos encontramos y que Tabacalera sea un centro de arte que posicione definitivamente a Gijón dentro de la cultura del siglo XXI». Y consideró que si a esta licitación se le suman la compra de los terrenos de Naval Gijón y las obras ya en marcha para la ampliación del Parque Científico y Tecnológico, «el mandato ya está justificado. Pero aún nos quedan por delante 20 meses, y no vamos a parar».

Gilberto Villoria y la ahora concejala de Cultura, Museos e Industrias Creativas, Montserrat López, fueron los encargados de explicar las principales claves de un proyecto que además de recuperar «una de las construcciones con mayor valor arquitectónico e histórico de la ciudad» –se remonta al siglo XVII y antes de ser fábrica de tabacos fue convento–, permitirá contar en un espacio privilegiado de la ciudad con lo que la edil definió como «un transatlántico cultural». El edificio actual y los de nueva construcción compartirán un mismo cierre perimetral y quedarán separados por una gran plaza peatonal que albergará el vestíbulo principal y servirá a su vez de conexión entre el entorno de la plaza del Periodista Arturo Arias y el Cerro de Santa Catalina. En la parte trasera de la fábrica de tabacos, junto a la calle de Emilio Muñiz 'El Negro', habrá además una franja verde pensada para albergar pequeños actos o exposiciones al aire libre.

El sótano de Tabacalera se dedicará principalmente al almacenaje de fondos artísticos, con «salas de reserva» visitables y dotadas de sistemas como «peines» para colgar objetos bidimensionales (como cuadros), armarios para las tridimensionales (esculturas) y estanterías metálicas regulables para piezas de gran tamaño. A cota de calle estarán el acceso a la zona de convento y servicios como el guardarropa y la tienda de recuerdos. Y ya en planta baja habrá un circuito por espacios como el antiguo claustro que permitirá conocer 'in situ' los restos arqueológicos (el aljibe romano, muros medievales y otros elementos de su etapa como edificio religioso, elementos industriales de su etapa fabril...), así como una propuesta expositiva sobre la historia de la ciudad. En la misma planta, pero dotada también de un acceso independiente desde la plaza de Arturo Arias, la iglesia barroca será un espacio polivalente y dotado de camerinos, capaz de albergar representaciones teatrales, 'performances', instalaciones artísticas o conciertos. Y el espacio que ocupaba la vicaría albergará las oficinas y espacios administrativos del propio museo.

Las dos plantas superiores del edificio histórico dispondrán de más de 1.700 metros cuadrados para usos expositivos en los que no solo tendrán cabida las colecciones municipales, sino que permitirán que circuitos nacionales e internacionales de arte tengan parada en Gijón con obras de gran formato.

Por su parte el nuevo Edificio Piñole, además de reservar una planta y 490 metros cuadrados para exhibir la colección del pintor gijonés, tendrá en el sótano un salón de actos con capacidad para 400 personas y dos plantas con espacios de trabajo (despachos, oficinas y salas de reuniones) que permitirán «afrontar la reorganización de la Fundación Municipal de Cultura» e incluso dar cabida a « otros proyectos que están por venir» y entre los que se baraja la futura Filmoteca de Asturias.