«El palacete de Capua, en Gijón, es el escenario perfecto para una película»
Álex Zapico y Michel Suárez ruedan en el palacete de Capua una película inspirada en el taller textil de los hermanos Campal
La imperfección y la paciencia' es una película de los asturianos Álex Zapico y Michel Suárez filmada en el taller de los hermanos Campal, maestros ... sastres artesanos. «Pero su inicio arranca precisamente en el histórico palacete del 'martillo' de Capua», relata a EL COMERCIO el cineasta y fotoperiodista Zapico. «Cientos de veces observé su espectacular fachada y siempre deseé rodar allí. Es el escenario perfecto para una película», admite Zapico, quien logró su propósito con este film que reflexiona sobre el modelo productivo actual, la pérdida de calidad en la ropa y la desaparición del factor humano en la fabricación. La película, inspirada en William Morris, reivindica la figura del sastre como una fusión entre artesano y artista –en concreto se centra en la familia Campal, en su taller de Nava–, y destaca el valor del trabajo manual, la atención, la calidad, la paciencia y la imperfección.
«Te traslada a otro mundo»
Rodaron durante una jornada una escena muy significativa en la que los sastres Ignacio y Aurelio, los gemelos Campal, toman las medidas de un traje entero en un escenario que buscaba similar el de un ateneo obrero de la época antigua. «El maravilloso salón del histórico inmueble enamora a la cámara y se convierte en un elemento cinematográfico más ya que, además, la película, de una hora de duración, está rodada en blanco y negro, sin diálogos, solo con la música de Forma Antiqva», relata el cineasta, quien alaba «el gran lujo que tuvimos de verlo por dentro hace muy poco, pues ahora sabemos que están sacando los muebles y que al venderlo al Instituto Urológico Asturiano (Insuas) ya nada será igual», matiza Zapico.
Dijo un crítico de cine sobre la película que es «como hacer un agujero con un taladro en una pared, meter el ojo y trasladarte a otro mundo. Un mundo en calma. Un mundo que cuida los detalles, como los hermanos Campal al coser y, además, con la belleza del majestuoso salón del palacete», añade el fotoperiodista, quien admite que está deseando que el film sea admitido en el próximo Festival de Cine de Gijón (FICX) y poder darlo a conocer al público gijonés.
Desde esa impresionante sala de estar con techos decorados con artesonados y molduras cubiertas de pan de oro y muebles clasistas y sillerías de madera de castaño, el guionista y también actor Michel Suárez permanece erguido, quieto, en calma, mientras los Campal ejercen su oficio, el de sastres. Ejecutan su arte al milímetro, con atención, rigor y delicadeza. El ojo del telespectador acompaña al protagonista. Siente cómo aparta las cortinas y lanza su mirada por el enorme ventanal del inmueble hacia el mar Cantábrico. El mismo ventanal por el que miró años atrás el precursor de este edificio, Alejandro Alvargonzález Alvargonzález para su mujer, la inglesa Annie Treacher Hodkingson. También compartió la misma imagen el pediatra gijonés Aquilino Hurlé Álvarez, padre del primer director del Sanatorio Marítimo del mismo nombre, –pues vivió allí e instaló su consulta durante una época–. No ha sido este el primer film rodado en el palacete. En su interior se rodaron, en 1986 y 1987, en escenas de la película de José Luis Garci 'Asignatura pendiente'.
«La película no deja de ser una crítica social al desarrollo, al progreso, al maquinismo y ahora el inmueble se ha vendido. Es como una alegoría», explica García. Coincidencia o no, meses después del rodaje de esta película, los cambios también han llegado a este conjunto arquitectónico, cuyo uso puede ser residencial, de oficinas o comercial.
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