Primer paso hacia Poniente
Quedó aprobado por Sogepsa el convenio para el desarrollo de las playas, que se iniciaría con un proceso de expropiación
Sobre la mesa, 3.000 millones de pesetas. Ese sería el presupuesto destinado a la expropiación de terrenos con la que se inició, hace ahora ... cinco lustros, el convenio para el desarrollo de las playas de Poniente. Era aquella, según decía EL COMERCIO, «una de las actuaciones urbanísticas pendientes y más decisivas en uno de los tramos de tradición industrial de la fachada marítima de Gijón». Había sido proyectada hacía tiempo -se aprobó por el Pleno municipal a finales de 1996- por el gobierno de Vicente Álvarez Areces y ahora quedaba validada por el consejo de administración de la Sociedad Mixta de Gestión y Promoción del Suelo (Sogepsa), «que preside el gijonés Eliseo Soto, presidente también de la Asociación de Promotores y Constructores de Gijón (Asprocon)».
El paso dado proclamaba a Sogepsa como promotora de un proyecto en el cual habría que empezar poniendo a disposición del Ayuntamiento «el suelo susceptible de reordenación, con el fin de que se proceda después a la licitación, adjudicación y ejecución del proyecto de urbanización». Los plazos eran ajustados: Sogepsa debería, ahora, presentar «en un mes, contado a partir del momento de la firma del convenio, el documento de modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)».
Y no solo eso. El plan especial de actuación debía quedar redactado en un plazo de tres meses; en medio año, Sogepsa presentaría la redacción del proyecto de urbanización «de acuerdo con los criterios establecidos por el Ayuntamiento de Gijón, así como los expedientes de ejecución del planeamiento precisos para la configuración de los solares afectados y las correspondientes cesiones de terrenos». Estudios geotécnicos, levantamiento de planos taquimétricos y topográficos, la relación de cuantificación de bienes dentro del área de actuación, la elaboración del proyecto de expropiación y de los instrumentos de planteamiento serían otras partes clave del proyecto que acababa de arrancar. Los 3.000 millones eran solo un inicio: la urbanización de la playa de Poniente se calculaba en otros mil más.
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