Los proyectos de fondos europeos para el año 2024 comprometen 2,4 millones de las arcas municipales
La mayoría están en ejecución procedentes del mandato anterior. La aportación de la UE para el próximo ejercicio es de 7,5 millones
Hacienda ultima sus primeros presupuestos. Aunque cambia el gobierno, algunos números vienen heredados. Las inversiones, para las que se dispone de un crédito de ... 20 millones, también tienen que recoger compromisos de los anteriores. Tiene que encajar los proyectos financiados con fondos europeos, los llamados PRTR. Arrancaron con la pandemia y previsiblemente concluirán en 2026. El impacto en las cuentas va siendo menor conforme pasan los años, pero en 2024 todavía tendrá su reflejo. Hechas las cuentas, el gobierno tendrá que reservar al menos 2,5 millones para los que ya están aprobados y, la mayoría, en ejecución. El año pasado hubo que aportar más de cinco millones para esto mismo. Los 2,5 millones es lo que pone el Ayuntamiento. De lado de la Unión Europea, la subvención es de 7,5 millones.
Aún así, las anualidades van a la baja conforme pasan ejercicios por varios motivos: se van amortizando lo que están en curso (y el grueso ya se pagó al principio), van saliendo menos convocatorias, y también porque Gijón está consiguiendo captar menos financiación europea de un tiempo a esta parte, a pesar de que la directora de Innovación fue renovada en su cargo (estuvo en el PSOE y continúa ahora). En un mandato y otro, las alcaldesas, Ana González y Carmen Moriyón, se reservaron la competencia final sobre esta materia.
De los que estarán en los presupuestos, 300.000 euros son de un proyecto que figura como pendiente de resolución (se puede ver en la tabla que acompaña a esta información).
Es de los pocos que se puede imputar a este gobierno. Independientemente lo obtenga o no, tendrán que reservar ese dinero para el caso de que se lo concedan. También se da el caso que el arranque existoso en 2020 en las convocatorias fue a menos. Por ejemplo, el de la digitalización del comercio se denegó en la segunda fase.
La concejala de Hacienda, María Mitre, advertía esta semana que se está realianzado «un estudio de las viabilidades financieras con relación a las subvenciones solictadas» y subraya que la consecución de nuevos fondos será «prioritario». En el mandato anterior existió un debate interno en el gobierno sobre si aquello de captar tantos proyectos podría ser un «morir de éxito». O sea, lo que venían a decir esas voces críticas es si la voracidad hipotecaría los proyectos de ciudad. Para que se entienda: el presupuesto municipal dispone de 20 millones de crédito para inversiones y si de ellos, por poner un ejemplo, cinco ya son para aportaciones municipales a proyectos europeos, va quedando menos margen para los compromisos propios de un gobierno, y para que saque adelante, infraestructuras necesarias para la ciudad (y que no están en ninguna convocatoria).
Esa es la situación que hereda el bipartito. Ya de mano tiene que asumir los 2,5 millones, incluidos algunos que nunca gustaron a Foro como es la Zona de Bajas Emisiones de La Calzada (tal y como está redactado). O sea, tendrá que pagar por algo de lo que estaba radicalmente en contra.
Y claro, volviendo al dinero para inversiones, ahí el gobierno tendrá que encajar, una vez que le reste los 2,5 millones de proyectos europeos, lo que ya ha ido anunciando para su mandato. Por ejemplo, la compra de la finca de La Isla, que dijeron que iría en los presupuestos de 2024. Además, los siguientes pasos en Tabacalera, y la compra de los terrenos de Naval Gijón, si sigue adelante la operación.
La reflexión en paralelo es que parte de la financiación obtenida sirve para sacar adelante proyectos que ya tenía el Ayuntamiento en su planificación.
Esto son, por ejemplo, las inversiones para la rehabilitación de los barrios degradados, cuya financiación europea da oxígenos a las cuentas municipales porque son partidas que en su mayor parte ya habían sido comprometidas. Y después están los que afectan a la ciudad, que los paga Europa, pero que no compromete los presupuestos municipales.
Es el caso de los que gestiona directamente el Principado para Gijón, y sobre los que el gobierno regional tiene la última palabra: el intercambiador del Humedal y el parking disuasorio de la avenida de Portugal.
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