La tormenta ahoga a Sidonie

No pudo ser. Los cientos de seguidores de Sidonie que en la noche de ayer se acercaron a la plaza Mayor de Gijón para disfrutar de la música de este grupo indie que este año celebra sus veinte años de vida, se quedaron con las ganas de verles actuar. Una fuerte tormenta fue la causante de la cancelación del recital, el primero de los que se han programado en la Semana Grande. La intensa luvia y el viento hicieron que el escenario quedase completamente mojado, con el riesgo que eso conlleva para los propios artistas y el público que esperaba para verlos.

Lo intentaron los miembros de Sidonie. A las diez de la noche, Áxel Pi,Marc Ros y Jesús Senra se asomaban al escenario de la plaza Mayor para comprobar su estado. Una mínima inspección y vuelta para adentro mientras el público se agolpaba en los soportales de la plaza. Minutos más tarde repetían la operación con idéntico resultado.Así en varias ocasiones, hasta que por megafonía se anunciaba ya la suspensión del concierto.

Para entonces ya eran muchas las personas que habían abandonado la plaza a la vista de que, tras una primera gran tormenta había llegado una segunda.Con el anuncio de la suspensión, el éxodo fue masivo. «Esto es una putada porque no todos los días tenemos a este trío de artistas en Gijón. Para otra vez, pagamos y que los metan en una sala», decía entre la risa y la lágrima Tino Castillo, gijonés fan de la banda desde hace ocho años. Y este solo es uno de las tantas decepciones que albergaba la plaza Mayor. Un grupo de tres chicas, con los típicos chubasqueros de colores de los bazares, esperaban con esperanza a que la lluvia parase y pudiesen disfrutar de este concierto en directo en una noche de verano que debería haber sido inolvidable. «Nuestros padres son amigos de toda la vida y cada verano venimos a Gijón con ganas de disfrutar y pasárnoslo genial. Dio la casualidad de que vimos el programa de la Semana Grande y que los conciertos comenzaban con Sidonie. Nos dio una alegría, la verdad», argumentaba la gaditana Julia Madurga. Su apenada amiga Mar Flórez añadió: «Somos fans del grupo desde sus dos últimos discos y la verdad es que teníamos muchas ganas de verlos».

El enfado era generalizado entre el público que aún se resistía y que aguantó hasta el último momento esperando que los artistas saliesen al escenario y la lluvia cediese. Hasta pasadas las 22.30 horas no se anunció la suspensión oficial del concierto. Pocos minutos antes y ante la certeza de que no iba a haber música, la gente sacaba su lado más humorístico y un grupo de chicos gritaba detrás del escenario «¿Luego dónde pincháis?, porque queremos escucharos».

Un público plural que se quedó con las ganas de celebrar por todo lo alto este inicio de la Semana Negra. «Tantos días buenos con calor en Gijón era cosa rara», afirmaba Mari Carmen García, a lo que su marido Adrián Suárez añadió: «A mí me encanta el grupo y es una pena que caiga esta tormenta justo el primer día de la Semana Grande». Justo al lado del escenario y con el chubasquero mojado hasta la última esquina, Roberto Izquierdo se lamentaba de la situación. «Justo hoy leí en EL COMERCIO que presentaban una nueva canción y la verdad es que esto es una mierda. Tenía muchas ganas de escucharlos». Aunque el ambiente en el que se encontraba la plaza Mayor era de tristeza e impotencia, otros muchos también aprovecharon la ocasión para sacar el lado positivo de esa situación que no se podía impedir y decidieron resguardarse en los arcos del Ayuntamiento, cenar y disfrutar de la sidra. «Nosotros venimos de Salamanca y ya que estamos aquí hay que aprovechar la buena gastronomía de Asturias», decía sonriente Marina Zambrano.

La banda lamentaba en su perfil de la red Instagram la suspensión del concierto y afirmaba que «con todo montado y toda la ilusión a cuestas, se nos ha borrado la sonrisa ante tal dosis de realidad. Solo esperamos volver muy pronto a esta maravilla de ciudad y entonces poder tocar, que es lo que más nos gusta».