Tres rescates en San Lorenzo en menos de dos horas

«Estábamos en la mar y vimos a un chico que se metía. Enseguida le llevó la corriente. Fuimos a sacarle. No es nada excepcional, pasa todos los años». Borja Díaz fue ayer uno de los héroes de la ajetreada jornada dominical en San Lorenzo. Según explicó el joven surfista a la TPA, participó, junto a otros compañeros, en uno de los tres rescates a bañistas que se produjeron en menos de dos horas en la playa.

Entre las ocho y las diez de la mañana tres personas debieron ser sacadas, en tres momentos diferentes, de las aguas del Cantábrico. Estaban a 21 grados pero con fuerte oleaje, según la Agencia Estatal de Meteorología. La propia Aemet subió de amarillo a naranja el nivel de alerta en el litoral asturiano por fenómenos costeros. En Gijón se registraron rachas de hasta 31 kilómetros por hora.

En los tres rescates se repitió el mismo patrón: se produjo en la zona más cercana a la iglesia de San Pedro, el bañista era un hombre joven con síntomas de embriaguez y los surfistas se convirtieron en providenciales rescatadores. Solo uno apuntó una diferencia: se resistió a ser sacado del agua. «Estuve en la Armada y esto no son olas ni nada», le espetó al surfista que intentaba, y de hecho logró, salvarle la vida.

Según el concejal de Seguridad Ciudadana, Esteban Aparicio, todo comenzó pasadas las ocho de la mañana. «Ese fue en el caso en que se intervino de forma oficial». Una llamada al 112 alertó de que una persona estaba en el agua, en el entorno de la Cantábrica (escalera 0) y no podía salir. Inmediatamente llegaron al lugar efectivos de la Policía Local, Bomberos de Gijón, ambulancias y el Helimer Cantábrico.

El helicóptero de Salvamento Marítimo realizó labores de reconocimiento, al igual que hicieron los bomberos desde una lancha neumática. Pasadas las nueve de la mañana, el bañista, J. U. M., de 40 años y nacido en el País Vasco, logró salir del agua gracias a la participación de varios surfistas.

Una ambulancia del Servicio de Salud del Principado (Sespa) le trasladó al Hospital de Cabueñes. Cuando todo el operativo se había cerrado, de nuevo saltó la alerta.

En este caso, como en un tercero en menos de treinta minutos, no fue necesaria la intervención de los servicios de emergencia. Como en la primera ocasión, varios surfistas se hicieron cargo del rescate, acompañando a los temerarios bañistas a la arena. «Nos pasa demasiado a menudo», lamentó Borja Díaz.