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Marco Martínez con un perro bull terrier, en una fotografía que el exmilitar publicó en redes sociales. E. C.
«No es ningún mercenario, es un cacho de pan»

«No es ningún mercenario, es un cacho de pan»

Los familiares del exmilitar asturiano detenido en Santo Tomé están convencidos de que «todo ha sido una encerrona»

Laura Castro

Martes, 21 de agosto 2018, 00:54

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«No es ningún mercenario, es un cacho de pan». Quien pronuncia estas palabras es la hermana pequeña de Marco Martínez Méndez, el exmilitar asturiano detenido en Santo Tomé acusado de haber participado en un intento de golpe de Estado en ese país africano junto a otros dos exmilitares españoles, Orlando Pérez López (La Rioja) y José Manuel López Jiménez (Cádiz). Ni ella ni su padre quieren identificarse: «Bastante estamos pasando ya». Viven «en vilo» desde el pasado domingo, cuando se enteraron de lo sucedido. La hermana mayor regresó a Madrid por motivos laborales, pero la pequeña se quedó con sus padres en la casa familiar que tienen en el pueblo de Figueras, en Castropol.

El exmilitar asturiano suele ser «discreto» con sus allegados en cuanto a los viajes que realiza por trabajo. «No sabíamos ni siquiera que había viajado a Santo Tomé. Su pareja y un amigo nos escribieron preocupados porque no podían contactar con Marco», relata su hermana. Su familia todavía no ha podido hablar con él desde que fue detenido. La cónsul honoraria, María Teresa Mendizábal, en cambio, les ha visto y aseguró sus respectivos familiares que los tres españoles presos «están bien». «Nos dicen que podremos hablar con él próximamente», comenta sin demasiado convencimiento la hermana de Martínez, quien lamenta que «todo el proceso está siendo muy lento».

La detención del exmilitar asturiano sorprendió a los vecinos del barrio de Granda, en Figueras, donde reside su familia. :
La detención del exmilitar asturiano sorprendió a los vecinos del barrio de Granda, en Figueras, donde reside su familia. : Daniel Mora

Los tres exmilitares comparten abogado, recomendado por el consulado. Pertenece a un despacho con sede en Lisboa, pero el letrado que les representa está en Santo Tomé. «Los que pertenecen al archipiélago nos pedían más de 20.000 euros de entrada. No sabíamos qué hacer y el consulado nos ayudó», explica la hermana de Martínez. El letrado ya ha presentado un recurso, señala la familia del asturiano, para anular los interrogatorios, pero hasta dentro de 15 días no se celebrará la vista judicial. «Todo tiene un plazo de dos semanas. A este paso van a estar en la cárcel más de un mes sin haber hecho nada», cuenta la hermana del exmilitar vegadense. «Esto es un despropósito. No entendemos cómo ha podido pasar todo esto, pero no tenemos ninguna duda de que mi hermano no ha hecho nada de lo que dice el Gobierno de ese país», asegura, antes de añadir que «no es normal que permanezcan incomunicados tanto tiempo sin haber una acusación firme».

«Saldrá de todo esto»

Martínez lleva detenido desde el pasado día 4 de agosto. El Gobierno de Santo Tomé fecha el arresto un día antes. Desde entonces, ha permanecido encarcelado junto a los otros dos españoles en una celda sin ventanas y con escasa ventilación, aunque físicamente se encuentran bien «salvo por algunas picaduras de mosquito». «Nos preocupa más su estado de ánimo», confiesa la hermana. Sin embargo, su padre está convencido de que ha estado en misiones «mucho más duras» en la Armada española. «Él es fuerte y saldrá de todo esto. Es un santo, un buen padre y muy deportista. Aunque también es cierto que es muy aventurero, valiente y echado para adelante», asegura el progenitor.

No obstante, están en un «sinvivir» y a la espera de novedades del consulado, pero llegan «a gotas». De hecho, desde la Oficina de Información Diplomática en Madrid se limitan a explicar que los tres exmilitares españoles están recibiendo asistencia consular, tanto desde la Embajada española en Gabón como a través de la cónsul honoraria en Santo Tomé. La familia es consciente de la complejidad del asunto y temen perjudicar a Martínez, pero a su vez esperan «presionar un poco más» al Ministerio de Asuntos Exteriores para que les ayuden y agilicen el proceso de su puesta en libertad. «Van muy lentos, queremos que las gestiones se aceleren. Tienen que ayudarlos», insiste la hermana pequeña del asturiano. «Llevamos dos días sin saber nada nuevo», lamenta.

Desde el domingo, la familia ha estado «viviendo una película de ficción». Los amigos también están «muy preocupados» por el estado del exmilitar asturiano. De hecho, fue uno de ellos el que dio la voz de alarma a la familia. «Marco y él se escribían con regularidad y un día le comentó que algo no iba bien y que si no lograba dar con él, avisara a las autoridades», narra la hermana del asturiano. Tampoco su pareja actual había conseguido localizarle y preocupada por si le había pasado algo, avisó también a la familia. «Nos pusimos de inmediato a buscar información en los medios locales de Santo Tomé. Después de varias horas y muchas llamadas, vimos un telediario en el que salía la detención de los tres», cuenta la hermana. «No entendíamos nada, no sabíamos qué hacer... Mi hermano nombró a mi padre como su interlocutor y entonces nos llamó el consulado», relata. Desde entonces, «poco más» han podido saber de la situación. «Le enviamos dinero al Consulado para que no le falte de nada, pero no podemos hacer mucho más que esperar y confiar en que todo se vaya resolviendo», reconoce con impotencia la hermana.

Les consuela saber que, al contrario de lo que trascendió en las primeras informaciones, Martínez y los otros dos detenidos están aislados de los presos comunes. «Eso nos tranquilizó bastante, porque pensar que está encarcelado en malas condiciones y que compartía espacios con todo tipo de gente...», deja caer su hermana, quien incide nuevamente en lo importante que es informar a las familias en estos casos para reducir su angustia.

Santo Tomé, un país con «inestabilidad política crónica»

La República Democrática de Santo Tomé y Príncipe se compone de un conjunto de islas ubicadas en el Golfo de Guinea. Su vida política se ha caracterizado desde las primeras elecciones libres legislativas de 1994 por una «inestabilidad crónica». Así lo define la Oficina de Información Diplomática de España, que reconoce la debilidad de la relación bilateral del país africano con España. En 24 años ha habido 16 gobiernos y ninguno ha logrado completar la legislatura de cuatro años. Además, se han sucedido los golpes de Estado, los dos últimos en apenas un mes.

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