Un atropello intencionado causa cinco heridos en la isla francesa de Olerón

«Tenemos constancia de varios elementos, entre ellos, el grito que dio cuando lo detuvieron», aseguró el ministro del Interior, Laurent Nuñez, que se desplazó al lugar de los hechos. Sin embargo, este dirigente, nombrado hace poco más de dos semanas, pidió «una gran prudencia» a la hora de determinar la motivación de este acto violento. Los agentes inspeccionaron el domicilio del autor del ataque, además de rastrear su teléfono en búsqueda de pistas que determinen el móvil. En el caso de que se tratara finalmente de una acción yihadista, representaría la segunda de este año en Francia. Y casi ha coincidido con la conmemoración del décimo aniversario de los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París.

El perfil del agresor, que se llama Jean G., resulta 'sui generis' y genera dudas entre los investigadores. Es un habitante de la isla de Olerón, de nacionalidad francesa y sin raíces extraeuropeas. Tenía antecedentes penales por robos y consumo de drogas, además de una mala reputación en el pueblo donde vive desde hace años (La Cotinière) por sus problemas de alcoholemia. Su nombre, sin embargo, no se halla en el fichero de las personas radicalizadas.

Los agentes sospechan que pudo haberse radicalizado recientemente, «una pista que la investigación aún debe confirmar», indicó el diario conservador 'Le Figaro'. De hecho, el atacante llevaba dos bombonas de gas en su vehículo y, justo antes de que lo arrestaran, intentó incendiarlo para hacerlas estallar. Durante el interrogatorio, dio unas explicaciones bastante confusas. Pero entre las respuestas que aportó a los investigadores, les dijo que había descubierto a Alá estas últimas semanas y que le había encomendado una misión.

«Nadie puede imaginarse en un territorio tranquilo e insular como este que se produzcan tales hechos, que un individuo masacre a inocentes», dijo Christophe Sueur, alcalde de la localidad de Saint-Pierre-d'Olerón, donde se produjo el atropello poco antes de las nueve de la mañana. Hubo entre los heridos varios peatones y un ciclista. Dos de ellos se encontraban en un estado grave, según las informaciones comunicadas por las autoridades durante la tarde. Y uno de los atropellados es una asistenta parlamentaria de la Agrupación Nacional (extrema derecha) de Marine Le Pen. Tiene 22 años, se llama Emma Valain y sufrió un traumatismo craneal.

La oposición de la derecha radical reaccionó con menos prudencia que el Gobierno de Sébastien Lecornu y atribuyó los hechos a un simpatizante del fundamentalismo islámico. «Nunca antes la amenaza islamista había sido tan fuerte en nuestro país», advirtió en el hemiciclo el diputado lepenista Sébastien Chenu, que es uno de los vicepresidentes de la Asamblea Nacional. Según Éric Zemmour, líder del partido islamófobo Reconquista, «lugares como la isla de Olerón eran un refugio hasta hace unos años para aquellos que querían vivir en una Francia preservada. Pero ahora vemos emerger yihadistas por todos lados».

Pese a la retórica sin matices de los dirigentes ultras, Francia no ha sufrido desde el verano de 2016 ningún atentado con más de diez víctimas mortales. Eso no quita que el miedo al terrorismo sigue siendo palpable desde la oleada de ataques yihadistas de hace una década.