2022 no es 1987
JOSÉ ANTONIO GARMÓNMILITANTE DE LA AGRUPACIÓN MUNICIPAL SOCIALISTA DE GIJÓN
Martes, 16 de agosto 2022, 01:17
Once concejales fueron el apoyo ciudadano que obtuvo Ana González para recuperar la alcaldía de Gijón para el PSOE en 2019, sumando cuatro actas nuevas. ... Once concejales fueron también los que obtuvo Tini Areces en 1987 para convertirse en el nuevo alcalde de Gijón, perdiendo seis de los diecisiete que había obtenido el PSOE cuatro años antes con José Manuel Palacio, a quien Areces había relevado como candidato en una polémica asamblea.
La lección a extraer de 1987 no es cómo se conservó la alcaldía de Gijón, sino cómo se puso en riesgo con la pérdida de más de un tercio de concejales y cómo en la operación se dañó al PSOE gijonés tan profundamente que nunca ha sido capaz de repetir los resultados de Palacio. Esto debería ser suficiente aviso para quienes actualmente están maniobrando a fin de evitar que Ana González repita como candidata.
Lo cierto es que los estatutos del PSOE son claros: en Gijón, con una alcaldesa socialista que pretende presentarse a la reelección, es necesario recoger las firmas de la mitad de los afiliados para abrir un proceso de primarias en el que se la pueda sustituir como candidata. Ése es el único camino y no hay atajos. La razón de este requisito de firmas es evitar debates internos estériles que distraigan y perjudiquen a la organización y a la ciudadanía, salvo en casos extremos como una fallida gestión municipal.
No es el caso. Ni siquiera los militantes que cuestionan su candidatura juzgan pública o privadamente la gestión de Ana González como fallida, errónea o negativa para Gijón. De hecho, a pesar de un contexto complejísimo, las buenas noticias se acumulan en nuestra ciudad: hospital de Cabueñes, centro de salud en Nuevo Roces, regasificadora, licitación del vial de Jove, captación de fondos europeos... Frente a esta destacada hoja de servicios como alcaldesa hay quien dentro del partido se limita a hacerse eco de las interesadas críticas de carácter personal, cuando no invenciones, que realizan otras formaciones políticas sobre su forma de ser, pensar o vestir y cuestionan así su legítimo derecho a presentarse. Estoy convencido de que muchas de las críticas que recibe Ana González las recibe por ser mujer y feminista, y quienes nos consideramos progresistas deberíamos vacunarnos contra determinados juicios de valor de quienes no comparten nuestros principios.
Dicho esto, 2022 no es 1987. Tengo la plena seguridad que una candidatura municipal fuerte encabezada por Ana González, un programa electoral que afronte con seriedad, cercanía, rigor e inteligencia los problemas de la sociedad gijonesa y una agrupación socialista unida son los mejores cimientos para revalidar el gobierno municipal. Pongámonos a ello. Pongámonos a trabajar para Gijón.
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