«Estamos muy contentos, ya tenemos nuestro piso en La Corredoria»
Jonathan Álvarez, que estuvo a punto de ser desahuciado junto a sus tres hijos pequeños de un piso de Villafría, estrena hogar gracias al Principado
ROSALÍA AGUDÍN
Jueves, 6 de abril 2017, 04:07
Jonathan Álvarez y sus tres hijos, de 3, 6 y 7 años, ven ya la luz al final del túnel. «Estamos muy contentos porque tenemos una nueva casa en La Corredoria, después de lo que hemos pasado...», dijo ayer el padre. En su memoria aún está muy latente el recuerdo del pasado 9 de febrero, cuando funcionarios de los juzgados se presentaron en la vivienda que tenían alquilada a una constructora en Villafría para desahuciarles. Diversos colectivos antidesahucios y algunos políticos se presentaron ante la vivienda para intentar frenar la salida de la familia. El proceso, tras una negociación con la propiedad del piso, quedó paralizado a la espera de que el Principado les encontrase un piso de emergencia. En marzo, Jonathan firmó el contrato, y ayer pasó su primera noche en la nueva casa junto a sus tres hijos. «Estamos felices», señaló mientras apuraba las horas de la tarde colocando sus pertenencias en los cajones y estanterías.
El piso consta de dos habitaciones, una cocina y un salón y, agradeció Álvarez, tiene una ventaja respecto al anterior: su luminosidad. «La luz que entra por las ventanas es muy buena y como tenemos dos cuartos, los chicos dormiremos en uno y las chicas en el otro». Sin embargo, las más pequeñas de la casa tuvieron que pasar la noche sobre un colchón. Sus camas se rompieron durante la mudanza y ahora Álvarez, que sigue en paro, tendrá que comprarles unas nuevas. «Esa habitación era de segunda mano, nos la había donado una vecina, ahora buscaremos una nueva», destacó.
A pesar de este inconveniente, se siente optimista tras el cambio. Confía en que poco a poco sus niños se acostumbren al nuevo barrio y a su también nuevo colegio, al que les llevará hoy mismo para que conozcan a quienes serán sus amigos y a los profesores. «Los tres irán a partir de ahora al Corredoria I y quiero que se empiecen ya a adaptar a la nueva situación para que no pasen todas las vacaciones de Semana Santa nerviosos por ver cómo será su centro escolar».
Un padre ejemplar
Los últimos años en la vida de Jonathan Álvarez no han sido fáciles. Hace tres años, la madre de los pequeños decidió abandonarlos y de forma paralela, él perdió su puesto como camionero en el Ayuntamiento de Caravia, tras una baja de larga duración por una operación de pulmón. Por es a razón, los ingresos que cada mes recibía la familia disminuyeron de forma brusca y llegó un momento en el que él no pudo hacer frente a los costes para renovar el carné de conducir, esencial en su trabajo. «Este proceso me costaba cuatrocientos euros y desistí, pero ahora recibiré la ayuda de una empresa que me pagará el CAP y lo sacaré de nuevo». Lo necesita para encontrar trabajo y dar estabilidad a su familia.